Casino Teatro Balear
Interior del Casino Teatro Balear

Hay promotores empecinados en sacar adelante su proyecto empresarial y de pelear incesantemente por algo a lo que creen que tienen derecho, pese a tener enfrente un gigante como la Administración decidida a remar en contra de sus intereses.

El caso del frustrado casino del centro de Palma en la que fuera sede del Teatro Bingo Balear es todo un ejemplo de esta perseverancia empresarial que, después de ver como el Govern le concedía la pasada legislatura una licencia de juego para su ubicación en el edificio de la plaza Comtat de Rosselló, el Consistorio palmesano (el de antes del PP y el actual de coalición de socialistas, nacionalistas y Podemos) se la denegaba al entender que incumplía la ordenanza de usos del centro histórico.

Actualmente, la única esperanza del empresario de sacar a flote su propuesta está en la batalla planteada en los tribunales una vez desechado que Urbanismo vaya a dar marcha atrás en su negativa a admitir su apertura.

Esto no impidió que hace dos años, dieran el paso y tras obtener por silencio administrativo una licencia de obra —posteriormente denegada— procediera a cerrar el antiguo bingo y materializar una inversión millonaria.

Las instalaciones del nuevo casino están acabadas en un 95%.

Aunque Cort, posteriormente, paralizó las obras, las instalaciones del nuevo casino están acabadas en un 95%, listas para una apertura de puertas que por ahora se vislumbra muy complicado.

La zona de juegos ocupa 760 metros cuadrados, donde están listas para su encendido 80 máquinas recreativas de azar; seis ruletas americanas; 4 de blackjack además de ocho de diferentes estilos de póker, etcétera. Además de un restaurante con 25 mesas y zona de servicios complementarios de 340 metros cuadrados. Una sala polivalente cuyo uso será variable, y que lo mismo albergaría una sala de exposiciones, que toda clase de campeonatos relacionados con este sector del juego.

Finalmente, se han ampliado los antiguos vestuarios para los empleados que han pasado de tener una capacidad para 50 personas a un total de 180 plazas. Todo ello sin ganar un solo metro más a las anteriores instalaciones, pese a que el informe inicial de Urbanismo afirmaba que había ganado en extensión, cosa que un informe pericial independiente encargado por el Juzgado de Instrucción número 1 de Palma desmentía.

El aforo de 600 plazas del antiguo bingo es idéntico al del por ahora paralizado nuevo casino aunque el promotor ha acometido una profunda reforma de este inmueble. Lo más destacado, sin duda, es la retirada de hasta 120 toneladas de madera instaladas en el antiguo gallinero del desaparecido Teatro Balear para su total rediseño, al igual que el de la zona de cocina colindante al nuevo restaurante.

En estos momentos al nuevo casino solo le restaría, instalar los cilindros de las ruletas y los tapetes en las mesas, para iniciar una aventura empresarial.

Es decir, una remodelación integral millonaria que hace que en estos momentos al nuevo casino solo le restaría, instalar los cilindros de las ruletas y los tapetes en las mesas, para iniciar una aventura empresarial que, por ahora, no tiene visos de arrancar pese a las continuadas manifestaciones que están realizando los empleados para exigir al Ayuntamiento de Palma que revise el expediente.

La única opción del promotor es que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número uno de Palma avale el informe pericial que desmontaba los argumentos que llevaron a Cort a denegar la licencia de actividad. Un informe independiente que dejaba claro, en contra del parecer de la Concejalía de Urbanismo, que ni había colindancia de viviendas «porque no hay ningún inmueble declarado con ese uso» en las inmediaciones del recinto, ni el proyecto integrado de reforma para la adaptación de bingo a las exigencias de la autorización de casino ampliaba la superficie a ocupar, con respecto a la que recogía la anterior licencia.

Fuente:elmundo.es