Desde el próximo jueves el bingo de la avenida de Rubine funcionará en el número 2 de la misma, en la casa Salorio.
Desde el próximo jueves el bingo de la avenida de Rubine funcionará en el número 2 de la misma, en la casa Salorio.

El bingo de la avenida de Rubine ha cantado línea. El premio es el traslado a otras dependencias. El último número marcado fue el 35. Son los años que estas instalaciones llevan ubicadas en el número 11 de esta calle.

Los cumplió en el mes 7 de este año, el pasado julio. La línea del traslado es diagonal y corta. Lleva a la esquina de la acera de enfrente, hasta el número 2 de la avenida, aunque el edificio también da a la calle Modesta Goicouría. Es el bajo triangular del inmueble conocido como casa Salorio, «uno de los más característicos de la plaza de Pontevedra», tal y como lo define Esteban Fernández Cobián en la Guía de arquitectura. A Coruña (COAG). Y es que se trata de un edificio protegido, proyectado en 1912 por Antonio López Hernández y cuya cubierta fue modificada en 1925 por Pedro Mariño. En ese bajo empezará a funcionar el bingo el próximo jueves, desde las 4 de la tarde. Y a partir de ese día lo hará desde las 11 de la mañana hasta las 23 horas, a diario; y los fines de semana hasta las 3 de madrugada.

En la mañana de ayer varios empleados trabajaban en las instalaciones que ocupan por ahora. Uno de ellos sacaba 3 bolsas con monedas. La empresa responsable, Comar, lo define así: «Rubine es el bingo más céntrico de la ciudad, situado entre la playa de Riazor, y la plaza de Pontevedra abre sus puertas para el disfrute de sus clientes desde las 11 de la mañana». Un cartel en la entrada de las dependencias recordaba ese horario de apertura. «No podemos hacer publicidad fuera», recordaba uno de los responsables. Eso establece la legislación para las instalaciones privadas de juego. Las de Rubine ocupaban hasta ahora tres plantas. El bingo estaba en la tercera y todas ellas estaban alquiladas.

Más de 30 personas llegaron trabajar en este bingo. Eran años de alegría económica. Las instalaciones habían sido puestas en marchar por un empresario de la contrucción. Con el paso del tiempo, los que buscaban su suerte entre los 90 números de un cartón fueron disminuyendo. O jugando cantidades menores.

Aquel empresario decidió dejar el sector del juego y la actual empresa gestora se hizo con las dependencias. También subrogó a los empleados. Claro que ahora han quedado reducidos a casi a un tercio de aquellos tiempos de bonanza: 13 trabajadores. Son los que se trasladan a unas instalaciones que son más pequeñas que las actuales pero, en cambio, apuntaba ayer uno de los responsables de las mismas, «son más accesibles, más modernas, mejores tecnológicamente… Es un local más adecuado a los tiempos actuales».

Los tres salones de la ciudad

Junto con el ubicado en la avenida de Rubine, en A Coruña funcionan actualmente otros dos bingos: uno en Cuatro Caminos y otro en la Ronda de Outeiro, «en la zona comercial de la calle Barcelona», detallan sus responsables. Son los que han quedado después de una proliferación que había dado lugar incluso a una película sobre el tema y como consecuencia de la última crisis. Entre los usuarios es cierto que hay alguna gente joven que en ocasiones van por curiosidad. De todos modos, desde uno de estos locales apuntan que el poder económico de los mismos es escaso y por ello lo habitual es que no pasen más de media hora en el bingo.

Fuente: lavozdegalicia.es