Administrador de la Lotería Nacional, Quico Tabar

Los últimos años han sido difícil para los países del mundo por las crisis que han tenido que enfrentar. En el caso de la República Dominicana, por ejemplo, el presidente Luis Abinader tuvo que asumir la Presidencia en plena pandemia del Covid19, para luego enfrentarse a los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Sin embargo, lo peor de todo no estaba ahí, sino que tuvo que recibir el país caribeño tras de ser víctima de un régimen de corrupción sistémica por parte de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Uno de los principales retos que tenía el presidente era detener la podredumbre en las instituciones gubernamentales que desde el pueblo se escuchaban denunciar, al punto que fue una de las principales causas por la cual la sociedad dominicana dijo basta ya de los gobiernos del PLD. Salieron a las calles en pie de lucha, con la intención de recuperar el país que algún día tuvieron, y así lo consiguieron, cuando democráticamente decidieron dirigirse a las urnas y eligieron a Abinader como su gobernante, en quien depositaron la confianza de que cambiaría las riendas de su República Dominicana.

Luis Abinader tenía en sus manos dos opciones, seguir las mismas prácticas de los gobiernos pasados o devolverle al Estado dominicano la esperanza de una nación en donde predomine la transparencia con el uso de los fondos públicos y en donde se vele por los intereses de los ciudadanos, no por los personales. Justamente esta última eligió el presidente quisqueyano.

Por respeto a todos los dominicanos era necesario que lo que se denunciaba que había sido sustraído de arcas del Estado de manera inadecuada le fuera retornado. El presidente, apegado a sus valores morales, no solo decidió que si se había robado se pague por ello, sino que garantizó que en su gobierno no permitiría que se cometan los mismos errores en contra del pueblo dominicano por eso decidió que existiera un Ministerio Público Independiente, que no se deba ni a presidentes pasados, ni a su persona, ni a los funcionarios de su gobierno.

Esta decisión fue la más acertada del Jefe de Estado dominicano por la calidad de persona a quien designo como procuradora de la República Dominicana, Miriam Germán, una mujer de limpia reputación, que no pertenencia ni a su partido, ni a su entorno. Alguien en quien los dominicanos creen por sus acciones honradas.

Desde ese momento la procuraduría dominicana se volvió autónoma del gobierno, ya que, anteriormente se debía a el presidente.

Casos sometidos a la Justicia

Desde que Germán asumió su cargo como procuradora en la República Dominicana se dio una revolución en este país. Surgieron investigaciones que arrojaron como resultados lo que el pueblo ya decía, varios casos de corrupción que involucran desde funcionarios hasta familiares de expresidentes.

Entre estos casos que hoy están sometidos a la justicia se encuentra la Operación Calamar en donde se acusa de haber sustraído más de 309,09 millones de dólares (17.000 millones de pesos) del Estado dominicano de lo cual, según la Procuraduría General de la República (PGR), posee más de 1.200 elementos de pruebas. Entre los involucrados están Donald Guerreo, exministro de Hacienda, José Ramón Peralta, exministro Administrativo de la Presidencia y Gonzalo Castillo, excandidato presidencial.

Además, está en investigación la Operación Antipulpo, donde son investigados por corrupción administrativa Alexis Medina, hermano del expresidente Danilo Medina, Magalys Medina, también hermana del expresidente, Francisco Pagán, exdirector de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), entre otros.

La Operación Coral es otro de los casos sometido a investigación. En esta están involucrados militares del alto rangos que dentro del gobierno de Danilo Medina son acusados de malversar el dinero del pueblo dominicano.

La Operación Medusa es otra de las puesta en marcha por el actual MP de República Dominicana. Este entramado que igualmente implica el dinero del pueblo dominicano involucra al exprocurador de este país, Jean Alain, a múltiples personas físicas y empresas.

Estos casos, al igual que otros que no han sido mencionadosy otros que aún no están sometidos a la justicia, pero si ya son juzgado por la sociedad, se dice que le han costado al Estado dominicano millones y millones de dólares.

La buena gestión de Luis Abinader está dando sus frutos, justo lo que el pueblo dominicano esperaba. Al punto que ya ha provocado un aumento en los niveles del Índice de Capacidad de Combatir la Corrupción en República Dominicana.