She Zhijiang fue arrestado en Tailandia y será extraditado a su país de origen. A lo largo de la «Belt and Road» florecen los casinos on line y los sitios de fraude que utilizan «personal» traficado desde China y los países del sudeste asiático.

Debido a la política china de «covid cero» las bandas criminales reclutan cada vez más personas de Taiwán, que no mantiene relaciones diplomáticas y le resulta muy difícil recuperar a sus ciudadanos.

She Zhijiang, un magnate de los casinos de origen chino, fue arrestado en Tailandia y será extraditado a su país. Esta es una de las enérgicas medidas adoptadas por las autoridades contra los juegos de azar en línea, prohibidos en China pero que en los últimos años han florecido en algunas zonas del sudeste asiático junto con otros negocios turbios. Beijing está tratando ahora de poner freno a la criminalidad a lo largo de la «Ruta de la Seda» porque perjudica el comercio y la reputación de China.

Nacido en 1982 en la provincia de Hunan, She Zhijiang obtuvo la ciudadanía camboyana en 2017. Ha creado redes de juego de azar en Camboya, Myanmar y Filipinas, la más importante de  las cuales es Yatai New City, en la frontera entre Myanmar y Tailandia. alegando que forma parte de la Belt and Road Initiative. Según las autoridades, She controla a los traficantes de seres humanos que reclutan con engaños a las personas que se emplean como esclavos modernos en los sitios de fraude on line.

Estas actividades ilegales han colonizado algunas de las zonas más pobres de la región, donde los gobiernos del sudeste asiático han establecido zonas económicas especiales para atraer inversiones chinas. En 2016, por ejemplo, el gobierno de Camboya estableció una zona económica especial en la ciudad costera de Sihanoukville, donde muchos edificios quedaron sin terminar debido a la deuda inmobiliaria. Sin embargo en los últimos años se han construido rascacielos rodeados por altos muros y alambre de púas en Laos y en las zonas de Myanmar controladas por milicias prochinas como Myawaddy, en la frontera con Tailandia.

Después que se prohibieron los juegos de azar en China, las autoridades camboyanas comenzaron a otorgar licencias para casinos virtuales que generan ingresos por miles de millones de dólares. Según las estadísticas de la autoridad de inmigración de Camboya, más de 400.000 chinos abandonaron su país a raíz de esa medida.

Sin embargo, cuando las autoridades chinas se dieron cuenta de que los casinos en el exterior eran un canal de lavado de dinero que permitía la fuga de capitales, presionaron al gobierno de Hun Sen para que prohibiera el juego, lo que hizo en 2020. Algunas empresas se trasladaron entonces, por ejemplo, a Myanmar, mientras que otras decidieron reconvertir su negocio en estafas digitales.

Los grupos criminales publican anuncios de reclutamiento y los jóvenes, atraídos por los altos salarios, son secuestrados y obligados a trabajar para sitios web que estafan a otras personas en el exterior.

Los edificios donde se encierra a las víctimas de la trata se denominan «parques industriales digitales» y están custodiados por militares y guardias de seguridad. Apenas ingresan, les confiscan los teléfonos móviles y los pasaportes. Las personas solo pueden abandonar el complejo mediante el pago de un rescate. Aquellos que intentan escapar son maltratados ​​físicamente y las mujeres son utilizadas como esclavas sexuales. También hubo informes de víctimas vendidas a otras bandas o enviadas al ““KK Industrial Park” de Myawaddy, Myanmar, conocido por el tráfico ilegal de órganos.

La mayoría de las personas que trabajan en estos «parques industriales» provienen de China. Según medios chinos, al menos 230.000 ciudadanos involucrados en estafas en el extranjero volvieron a su país, pero la información no menciona si eso fue posible gracias a la cooperación judicial internacional. El año pasado Beijing trató de persuadir a los delincuentes para que se entregaran a la policía bloqueando sus cuentas bancarias y aislando a las familias que quedaban en China. Según el gobierno chino, miles de sospechosos regresaron de Myanmar de esa manera.

En los últimos tiempos, debido a la política de «covid cero», resulta cada vez más difícil para las bandas criminales reclutar «personal» en China continental, por lo que han recurrido a Taiwán y, en menor medida, a Malasia. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán, más de 200 taiwaneses están atrapados en Camboya o Myanmar. Los anuncios en la red invitan a las personas a viajar a Camboya, donde supuestamente pueden ganar hasta 20.000 dólares estadounidenses con las comisiones. Las estadísticas muestran que efectivamente en la primera parte del año hubo un número récord de traslados de Taiwán a Camboya.

Sin embargo, como no existen relaciones diplomáticas es casi imposible para Taiwán recuperar a sus ciudadanos víctimas de la trata de personas. Las autoridades se ven obligadas a recurrir a importantes empresarios taiwaneses o a la policía camboyana, pero a menudo estas actúan en connivencia con las bandas criminales. Las familias de las víctimas también piden ayuda a la mafia taiwanesa para pagar los rescates. La policía taiwanesa ha intensificado el patrullaje del Aeropuerto Internacional de Taoyuan, de donde salen los vuelos a Camboya, para persuadir a las víctimas potenciales de que no viajen.

Camboya niega el tráfico sistemático de seres humanos y solo admite «disputas laborales», pero en este mismo momento está circulando en internet un vídeo en el que 40 vietnamitas escapan de un casino camboyano e intentan regresar a nado a su país.

Fuente: asianews.it