No obstante, la propia norma afirma que «se demora» el régimen sancionador en esta materia hasta la aprobación de la correspondiente Orden «que fije las condiciones que garanticen su efectividad».

Del mismo modo, estas máquinas quedarán desde la aprobación de esta ley en situación administrativa de «a extinguir», y los nuevos modelos que se homologuen deberán adecuarse a lo dispuesto en esta ley, en un plazo de seis meses a partir de su entrada en vigor. Las tragaperras tampoco podrán emitir señales lumínicas o sonoras mientras no estén siendo usadas, y los establecimientos hosteleros no podrán habilitar «terminales de apuestas deportivas, de competición o de otra índole».

Por último, también se va a crear una «comisión técnica de coordinación interdepartamental», que implicará a varias consejerías, para mejorar y continuar con las políticas de protección de los jóvenes, una de las prioridades de la nueva ley.