Salón de Juego en Oviedo

El juego tiene múltiples caras. Desde el bingo a las apuestas deportivas, pasando por el casino, las loterías, las máquinas tragaperras o hasta las tradicionales (y ya casi desaparecidas) chapas.

El anuario del juego en España, elaborado por la patronal del juego y la Universidad Carlos III de Madrid, refleja que estas prácticas no dejan de evolucionar en Aragón. Los casinos y las máquinas tragaperras pierden algo de fuerza, mientras que las apuestas deportivas afianzan su pujanza y repunta de forma espectacular el bingo, sobre todo el electrónico.

Globalmente el juego crece en Aragón, o al menos así lo reflejan las arcas autonómicas, que cada año recaudan más por los impuestos que las empresas tienen que pagar. El año pasado se ingresaron 44,2 millones, mientras que en 2014 fueron 34,5. La mayoría (25,6 millones) llega de las máquinas, mientras que 16,1 se pagan por el bingo y 1,1 por las apuestas deportivas.

Estos fenómenos han saltado al debate público, principalmente por la proliferación de los locales de apuestas (algunos de ellos ubicados cerca de colegios) y por el empuje del juego online. Una preocupación que ha hecho que el Justicia de Aragón esté preparando un informe especial sobre juego y menores que estará listo en el primer trimestre del año que viene. Además, el Gobierno de Aragón convocará próximamente la Comisión del juego, en la que se tomarán medidas para combatir la ludupatía.

En Aragón, los indicadores no se alejan demasiado de los que arroja la media española. El año pasado cada aragonés hizo apuestas deportivas por valor 8,8 euros por persona como media, una cifra ligeramente superior al promedio nacional (8,1 euros). En cuanto a las máquinas tipo B (las conocidas como tragaperras), en la Comunidad hay una media de 4.941 por millón de habitante, cuando en España hay 4.220.

Sí que resulta llamativo el incremento que tuvo el año pasado el bingo en Aragón, tanto el de los tradicionales cartones (se pasó de 81,7 a 84,6 millones jugados) como, sobre todo, el bingo electrónico (de 7,1 millones en 2017 a 18,8 el año pasado, es decir, más del doble). Estos datos responden a la apuesta de una empresa local por estos terminales, que se han expandido por los salones. En global, este crecimiento fue el mayor de todo el país, aunque también hay que tener en cuenta que este negocio venía de años de fuertes caídas. En Aragón hay 14 salas de bingo, y los datos de la patronal demuestran que, en contra de lo que se pudiera pensar, el perfil del usuario es de personas jóvenes.

En cuanto a los casinos, en Aragón solo hay uno, el Casino Zaragoza (en toda España hay 54). Las visitas han caído en los dos últimos años, de las 67.602 que hubo en 2016 a las 53.856 del año pasado, siempre según los datos de la patronal del juego. Las cantidades que se jugaron también se han reducido, ya que el año pasado se quedaron en 12,8 millones de euros. De igual modo, y aunque sea anecdótico, menguaron las propias que se dejan, que sumaron 238.950 euros.

Otra de las caras más visibles del juego es la de las máquinas, habituales en bares, pero también en salones y bingos. En cuanto a los negocios de hostelería, más de la mitad tiene al menos una. Los nuevos formatos han convertido a algunos bares o restaurantes en pequeños salones. Su número ha crecido en los últimos años, y en 2018 ya se contaban 6.902 en Aragón. La cantidad jugada, en cambio, ha bajado algo. El año pasado, fueron 105 millones de euros, por los 116 del anterior. El perfil del jugador de las máquinas tragaperras es el de persona joven en las que se ubican en salones, y más mayor en las que están en bares. En ambos casos, suelen ser de clases medias-bajas y bajas.

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