Casino Teatro Balear
Casino Teatro Balear

El Ayuntamiento de Palma denegó en enero del pasado año la licencia de actividad al frustrado Gran Casino Teatro Balear alegando, entre otras causas, que el promotor con el nuevo proyecto pretendía «un aumento del aforo que llegaría a 1.180 personas, añadir actividades complementarias al juego, realizar nuevas instalaciones y aumentar la carga de fuego y la presión acústica en el interior».

La realidad es que esa cifra de aforo es el doble de lo que el adjudicatario de la licencia de juego del Govern indicaba en su proyecto y en la solicitud, luego denegada, de licencia de actividad y de obras: 600 plazas, tal y como figura en el documento registrado en el departamento de Urbanismo el 24 de junio de 2014.

En concreto, el empresario presentaba una solicitud para la instalación de sala y casino de juego, bingo, máquinas tragaperras y otras actividades relacionadas con los juegos de azar y las apuestas, tal y como autorizaba el concurso adjudicado por el Govern al interesado.

Que el número de plazas fuese de 600 tiene su importancia dado que es un aforo idéntico al que disponía el Bingo Balear que el promotor había clausurado para poder reconvertirlo en casino sin, por tanto, introducir novedades significativas en cuanto a la capacidad. De hecho, la superficie en la que se iba a desarrollar la nueva actividad en estas instalaciones era idéntica a la que existía hasta entonces, en concreto, 3.152 metros cuadrados, los mismos de los que disponía este espacio desde el año 1980, reconocidos por el Ayuntamiento de Palma en sucesivas licencias, adaptaciones, reformas, etcétera.

En principio, y a la espera de que los tribunales dicten sentencia, estas cifras contradicen el informe realizado en julio de 2014 por el departamento de Control y Seguridad de Establecimientos y que sirvió de base para el rechazo municipal a la licencia de casino que el promotor había obtenido de la comunidad autónoma.

En éste se indica que el empresario pretende «incrementar el aforo de la actividad con licencia de apertura concedida por el Consejo de Gerencia de Urbanismo de fecha 16 de diciembre de 1987 renovada en 1990 de 600 a 1.180 personas de las que 993 serán clientes».

Sin embargo, no parece que ésas fuesen las intenciones del interesado si tenemos presente el proyecto visado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Baleares en junio de 2014 y entregado posteriormente a Cort. No es la única contradicción entre el proyecto que el promotor presenta y el informe y análisis que realizan los técnicos de Urbanismo. Así en uno de los apartados del mismo se asegura que el local en cuestión «no dispone de ninguna zona destinada a restaurante ni se dispone de cocina para la elaboración de alimentos». Sin embargo, Bingo Teatro Balear dispone de licencia de cafetería de segunda categoría distintivo de una taza desde el año 2000.

En ese año y según consta en la resolución firmada en su día por la directora general de Ordenación del Turismo del Govern balear, se resolvió en el expediente de forma favorable al promotor como «actividad secundaria o complementaria y cuya actividad principal es sala de bingo», otorgándosele una «capacidad de 600 plazas».

Las diferencias de criterios manifiestas entre el informe municipal y la documentación oficial del promotor son de vital importancia porque Urbanismo concluye que de ello se deriva la necesidad de que se tramite «un nuevo título habilitante», es decir, una nueva licencia de actividad. De hecho y al entender el departamento de Control y Seguridad de Establecimientos que el uso no se encuentra permitido, «no se ha entrado a valorar el proyecto aportado».

En estos momentos el futuro del frustrado casino de la plaza Comtat de Rosselló está pendiente de las resoluciones judiciales pertinentes a la batería de recursos interpuestos por el promotor contra la negativa de Cort a concederle la licencia de actividad.

Fuente: elmundo.es