Joaquim Agut, Presidente y CEO de CIRSA

Hace poco más de un año que Blackstone compró Cirsa. La operación fue el comienzo de la senda que va del ‘private equity’ a una salida a bolsa de Cirsa Gaming Corporation.

Se trata de la opción más probable, según explican fuentes financieras, si bien portavoces de Cirsa aseguran que no se ha tomado ninguna decisión al respecto ni que tampoco hay fecha para ello.

Cirsa factura 1.740 millones de euros, tal y como consta en la cuentas anuales de 2018. Una cifra que supone un 4% más de volumen de negocio que el año anterior. El fondo estadounidense, el mayor del mundo, hizo con esta compra una de las mayores operaciones corporativas del año 2018 en España.

Cirsa tiene un plan estratégico que finaliza en el año 2022, y que tal y como mostraron en su presentación trimestral está centrado en focalizarse en segmentos de negocio y áreas geográficas claves para mejorar la rentabilidad a través de una ratio más equilibrada entre EBITDA y deuda, reduciendo el apalancamiento de la compañía. Fuentes de la empresa han asegurado el plan se revisa cada año y que, de hecho, no finaliza nunca.

El grueso de la deuda de Cirsa está colocada en emisiones de bonos en Luxemburgo. Se trata de tres emisiones de bonos por valor de 1.638 millones de euros, en tres tramos que abonan intereses que van del 6,2% al 7,8% según la emisión. Las tres emisiones vencen en 2023, según consta en las cuentas de Cirsa.

En su día Blackstone valoró la operación de compra de Cirsa de 2.200 millones de euros. Pero eso incluía el precio pagado a Manuel Lao y su familia más la deuda asumida. Fuentes de Cirsa han señalado que “no se facilitan datos de la operación relativa a lo que percibió la familia Lao por cuestiones de confidencialidad”. Sin embargo en la información financiera que se entrega en la bolsa de Luxemburgo hay dos cifras que dan algunas pistas. Una es la que se califica como “coste de adquisición”, que se limita a 1.453 millones. Es decir, los Lao habrían cobrado una cifra muy por debajo de los 2.000 millones por desprenderse de Cirsa.

Tras la operación, Blackstone es el propietario de 97,2% de Cirsa. El otro 2,8% ha quedado en manos del equipo directivo, que encabeza Joaquim Agut. Agut lleva 13 años en la empresa. Estos directivos, previsiblemente, acudirían a una salida a bolsa y serían los más beneficiados de una posible OPV.

Pérdidas contables

En 2018, Cirsa cerró con pérdidas de 284 millones. Portavoces de la compañía las han calificado de “puramente contables” ya que se deben por la escisión del negocio de Argentina que no se incluyó en la operación de compraventa, pero en ningún caso afectan al patrimonio de Cirsa. Por tanto, se trata de un resultado relativo a la gestión de la compañía sino que responde a criterios contables relativos a la escisión de una parte del negocio en la operación de venta.

Desde la compra de Cirsa, Blackstone parece querer engordar la compañía con nuevas adquisiciones, con lo que la compañía que saldría a bolsa sería sensiblemente mayor. Tras cambiar de socio de referencia, Cirsa compró el 50% de Sportium, con lo que ahora es el único accionista. Además, Blackstone ha hecho otras compras en el mismo sector del ocio, por su cuenta, como la empresa vasca Kirolbet. El sector de ocio espera fusiones entre todas estas participadas de Blackstone, pero esto no ha sido confirmado por el fondo.

Últimos resultados

Cirsa obtuvo un beneficio operativo de 214,7 millones de euros en el primer semestre del año en curso, lo que supone un 8,2 % más que en el mismo período de 2018, según la presentación de resultados de la compañía.

Durante ese mismo período, sus ingresos de explotación de enero a junio sumaron 761,8 millones de euros, un 7,6 % más, espoleados por a división Casinos logró un «crecimiento notable», que la de ‘slots’ «mantuvo la tendencia positiva del primer trimestre» y que la división de bingos en España continuó «con la positiva evolución de los ingresos«.

Fuente: elconfidencial.com