La Guardia Civil ha detenido en la provincia de Tarragona a 15 sospechosos de pertenecer a un grupo organizado de ladrones especializado en robos con fuerza en el interior de viviendas, establecimientos comerciales y casinos.

Se les acusa de unos 50 robos por toda España así como de asaltar una docena de casinos y casas de juego en el sur de Francia.

A principios del año pasado se produjeron cinco robos en diferentes localidades de la provincia de Lugo. Tras meses de pesquisas, los investigadores descubren que los sospechosos, originarios de países del este, residían en la provincia de Tarragona.

Los agentes les imputan asaltos cometidos el año pasado en viviendas y comercios de Tudela, Fraga, Alcazar de San Juan, Carlet, Orihuela, Aracena, Feria, Olivenza, Illescas, León, Corrales de Buelna, Binefar, Almazán, Monforte de Lemos, Olesa de Bonesvalls, Collbató y Sant Salvador de Guardiola, entre otras. También están acusados de una docena de robos con fuerza en el sur de Francia.

Grupo violento

Según la Guardia Civil, actuaban como un comando itinerante, realizando viajes de tres o cuatro días de duración, cambiando de localidad continuamente en busca de nuevos objetivos, y sin apenas descansar hasta regresar a Tarragona o a Madrid, ya que allí habían instalado su cuartel general y desde donde habían establecido residencias en las que planificaban nuevos golpes.

Durante la fase final de la investigación se centraban en robos en interior de casas y chalets habitados, en su mayoría ubicados en Catalunya, aprovechando que los moradores dormían, accedían a las viviendas para sustraer herramientas destinadas al mantenimiento del jardín, maquinaria y objetos susceptibles de vender en el mercado negro. La mayor parte del material sustraído era distribuido al día siguiente entre los integrantes de la organización, los cuales se encargaban de ocultarlo en locales de Sant Pere i Sant Pau (Tarragona) para posteriormente venderlo a propietarios de pequeñas empresas de jardinería o mantenimiento.

La Guardia Civil remarcan que el grupo iba ocultando el rostro con capucha, gorro y pasamontañas, al mismo tiempo que portaban guantes y tomaban todas las medidas de seguridad posibles. Uno de los métodos utilizados consistía en sustraer un vehículo al cometer el primer robo y durante toda la noche hacer usarlo para los asaltos posteriores, evitando así que se pudiera detectar el coche que utilizaban para sus traslados.

Tácticas militares

Se trataba de un grupo bien organizado, donde cada integrante tiene un rol específico: mientras uno realizaba funciones de vigilancia en las inmediaciones, otro conseguía sustraer un vehículo, al mismo tiempo que los demás se encargaban de forzar los elementos de acceso, llegando a realizar butrones en algunos casos, e inutilizar los sistemas de alarma para conseguir sus objetivos.

También se ha detectado el uso de tácticas militares para evitar ser descubiertos, alguna de ellas consistía en trasladarse lentamente por el suelo reptando y así evitar ser detectados por los sistemas de alarma. Los desplazamientos al lugar se realizaban siempre a última hora de la tarde, regresando a primera hora de la mañana, evitando así ser identificados en posibles controles policiales que pudieran activarse durante la madrugada, al mismo tiempo que pasarían más desapercibidos al tratarse de horas en las que cualquier persona acude al trabajo o finaliza su jornada laboral, momento en que existe gran afluencia de vehículos en las carreteras.

Las detenciones tuvieron lugar en la Pobla de Mafumet, Puigdelfí y Sant Pere i Sant Pau (Tarragona). Se les acusa de los delitos de pertenencia a grupo criminal, imputación de más de medio centenar de robos con fuerza en domicilios y establecimientos del sector servicios, delitos de hurto de uso de vehículo a motor y delitos de receptación.

Los agentes indican que la cantidad de dinero en efectivo y material sustraído, así como los daños causados en viviendas y establecimientos podría alcanzar los 400.000 euros, todo ello sin contar con los hechos que han cometido en territorio francés los cuales serán imputados por las autoridades de este país. La Guardia Civil ha devuelto los objetos encontrados a sus legítimos propietarios.

La investigación estuvo dirigida por el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 1 de Sarria (Lugo) y por las autoridades francesas a través del Tribunal de Justicia de Burdeos, todo ello coordinado por EUROJUST y con el apoyo de EUROPOL, al mismo tiempo que la Guardia Civil ha intercambiado información con los Mossos d’Esquadra. La investigación continúa abierta y no se descartan más detenciones.

Fuente: msn.com