Cuando empezaba a intentar plasmar las conclusiones de este tercer foro, lo hacía con la sensación de encontrarme en un 3er. capítulo de un mismo serial, dado que esta cita, no es sino la evolución de la idea que gira entorno a la necesidad de que esta actividad sobreviva, se desarrolle y evolucione con su propio marchamo, sin perder las notas que le han venido dotando de sus señas de identidad respecto otras fórmulas de juego.
Desde luego que el foro tiene un sesgo reivindicativo, pero respetuoso, bajo el prisma de novernos relegados a posiciones de marginalidad respecto otras variantes, y con el objetivo de hacerse acreedor de un respeto institucional y social del que entendemos, somos merecedores.
Esta actividad ni necesita apelaciones nostálgicas de tiempos pasados, ni tampoco precisa de recompensas concedidas a quienes permanentemente, como si de plañideras se tratara, se lamentan sobre un injusto y diferenciado tratamiento.
La idea, en definitiva, es la de que no podemos resignarnos al mensaje de que dado de que como los males que nos afectan vienen de atrás y son heredados, como si de defectos congénitos se tratara, ninguna solución ya existe para los mismo.
Este, repetimos es el tercer capítulo de una saga que versa sobre la necesidad de reconocer la actividad y empresas de bingo, como un subsector con unas características y valores que le hacen acreedor de que no pueda ni quiera ser limitado a la escena de un cartón con números, que es tachado por un grupo de personas de avanzada edad, situadas alrededor de una mesa, en quasí reverencial silencio, a los que cada mes se va restando un miembro por aquello de la implacable evolución vital.
Nuestra actividad, nuestros establecimientos, nuestro personal, nuestra dedicación, nuestra observancia normativa, nos hacen merecedores de un derecho a que se nos reconozca como lugares que ofertan un ocio diversificado, a los que responsablemente se puede acudir para jugar y disfrutar.
Cuando desde nuestras organizaciones FEJBA y CEJ, planteamos la celebración de este 3ºer. Foro, recibimos desde la Administración de La Rioja el máximo apoyo y disposición para consumar este encuentro, y a medida que hemos ido trabajando con Dña. Cristina Bella y equipo, hemos comprobado que el empeño se ha traducido en evidentes resultados de éxito.
Hemos de reconocer además que desde el primer instante esta iniciativa se desarrolló bajo la idea de poner de manifiesto los valores que caracterizan nuestra actividad, insisto, siempre con un tono de reivindicación respetuosa.
No es, ni ha sido nuestra intención el entrar en confrontaciones sectoriales, hemos huido de eso, porque rehusamos la idea de mantenernos a costa de nadie, nuestra impronta se basa en la necesidad y de que se apliquen criterios de equidad y de ponderación de la actividad desarrollada, de acuerdo a las exigencias de que es objeto y características que reúne, y francamente esperemos que este tercer capítulo de la misma obra vaya calando social y administrativamente.
A la vista de la asistencia de reguladores, fabricantes, representantes del mundo sindical y empresarios, es decir de todos los actores de esta singular pieza, podemos decir sin ningún recato, que al menos en lo que a la puesta en escena y desarrollo del argumento se refiere el objetivo puede haberse cumplido.
Sólo falta que el mensaje o moraleja que de ella se desprenda, tenga plasmaciones y realidad en las diferentes decisiones administrativas y empresariales, con la vista puesta en un cuarto foro, donde podamos hacer un repaso optimista de lo acaecido desde esta edición, hacia la consecución del objetivo de una oferta global y moderna de juego y ocio.
Entrando en materia y siguiendo con el símil teatral, con el que hemos empezado, cabría decir que este tercer capítulo se ha desarrollado a través de 4 cuestiones o perspectivas básicas muy sencillas, ¿Cómo estamos realmente?, ¿Qué aspecto tenemos para nosotros y para terceros? ¿Qué nos diferencia de otros? ¿Que necesitamos para que nuestra obra continúe en cartel?.
Esos han sido los caminos, por los que ha discurrido este tercer foro, celebrado en un marco incomparable, con una asistencia de reguladores y de público envidiable.
Esto nos anima a seguir en el desarrollo de esta obra en futuros actos y en ello pondremos nuestro empeño.
Vayan pues las respuestas a esas preguntas que nos hemos formulado y que se recogen a modo de conclusiones.
1ª Pregunta: ¿Cómo estamos realmente?
Para buscar respuestas a esta pregunta D. Manuel Matamoros y D. José Antonio Gómez Yáñez nos mostraron una realidad concretada tanto en cifras como en las sensaciones que las mismas transmiten.
Y la tozuda realidad dice que el sector tras una profunda caída en ventas, agravada con la Ley del tabaco, y en establecimientos ha repuntado algo, o mejor dicho no ha seguido cayendo, se mantiene a duras penas, aunque haya un crecimiento medio de un 2,4% en el último año y con 115 salas menos en 15 años.
Algo hemos ganado con respecto a otras ediciones, pero, desde luego no puede ser ningún consuelo decir que no se cierran más salas o que se ha detenido la caída de venta, máxime si uno mira a otros subsectores, cuyo crecimiento es evidente, incluso según ellos mismos desmedido en algún caso. La ratio que se nos ha dado es de 0,67 bingos por 100.000 habitantes y de 6,1 salones. Podemos afirmar entonces que mientras otros crecen nosotros continuamos estancados.
Detrás de esta detención de la caída de la actividad, están las nuevas modalidades de juego con aplicación de nuevas tecnologías, más dinámicas, más interactivas, basadas sobre todo, en una mayor devolución de premios, modalidades alejadas de fiscalidades irracionales concebidas más desde parámetros punitivos que son propiamente tributarios, decía Manuel Matamoros: “ o nos transformamos, o mejor, salir del sector”.
Pero lógicamente con esto no nos podemos conformar y esta negativa tendencia sólo la entenderemos revertida cuando alcancemos esa realidad de que, por ejemplo, para futuros inversores sea tan atractivo poder abrir un bingo como si de un Salón o un Casino se tratara.
Porque a la vista de los datos, la pregunta deviene sencilla, ¿creen Vds. que despierta el mismo entusiasmo o pugna empresarial la apertura de un bingo que de un Casino o de un Salón? ¿Se plantean hoy problemas de necesidad de planificación por exceso de oferta de bingos como ocurre en otros subsectores?
Para reflexionar sobre este particular, bastaría volver la mirada hacia los últimos artículos de revistas sectoriales y tendremos una respuesta rápida y contundente, la frecuencia, expectación, competencia, que despierta una posible apertura de una Sala de Bingo es tal, que precisamente lo que es noticia es que evidentemente haya alguien tan osado que piense en abrirla.
Esperemos invertir la tendencia.
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