La Dirección General de Tributación de Costa Rica no controla ni fiscaliza el impuesto a casinos, apuestas electrónicas, mesas de juego y máquinas tragamonedas.
Así se desprende del informe DGAI-INF-001-2015 realizado por la Auditoría Interna del Ministerio de Hacienda.
El documento concluyó que el fisco tenía desactualizada la lista de contribuyentes sujetos al pago del tributo específico. Incluso, la lista de casinos registrados no coincide con la información del Ministerio de Seguridad, entidad que brinda las autorizaciones de operación.
Al cierre del 2014, el fisco tenía registrados 52 contribuyentes, de los cuales dos estaban inactivos.
Sin embargo, el Ministerio de Seguridad tiene inscritos 48 casinos. De estos, 32 están autorizados para operar, siete están suspendidos, seis no tienen autorización y tres permisos están extintos, según los datos brindados a La Nación .
Carlos Vargas, director de Tributación, justificó que la falta de supervisión se debe a que la Ley de Impuesto a Casinos y Empresas de Enlace de Llamadas a Apuestas Electrónicas es una legislación de aplicación reciente.
“Estamos en la elaboración del adecuado censo de los obligados tributarios. Es un trabajo intenso que hacemos en conjunto con el Ministerio de Seguridad”, enfatizó Vargas.
El fisco incorporará para el 2016, el control y fiscalización del tributo; es decir, cuatro años después de aprobado el impuesto en la Asamblea Legislativa .
La ley dicta un tributo a los casinos del 10 % de sus ingresos netos mensuales. Además, por cada mesa de juego paga el 60 % de un salario base y por cada máquina tragamonedas el 10%.
Las firmas de apuestas electrónicas cancelan un gravamen anual de acuerdo con la cantidad de trabajadores.
El ingreso generado por el impuesto a casinos ascendió en 2013, durante el primer año de implementación, a casi $2.75 millones (¢1,470 millones), según el registro de Hacienda.
Para 2014, los ingresos fueron un poco más de $2 millones (¢1,080 millones), lo que equivale a un 27 % menos frente al año previo.
La estimación para este año es que la recaudación se mantenga similar a la de 2014. Para 2016, habría un incremento como consecuencia del plan de fiscalización, según datos de Hacienda.
El director de Tributación atribuyó la baja de ingresos a la carencia del censo detallado de contribuyentes.
Por otra parte, el informe de Auditoría Interna reveló que la morosidad del tributo fue de aproximadamente $705,440 (¢376 millones) al cierre del 2013.
El impuesto a casinos se invierte en la infraestructura de los centros penitenciarios y para el mantenimiento de equipo y material de la Fuerza Pública.
Fuente: eleconomista.net