Madrid, ciudad y comunidad, comienza a ser zona «non grata», si no hacia las casas de apuestas, sí a su proliferación. Colectivos vecinales y asociaciones de apoyo a los pacientes de ludopatía han mostrado en los últimos años su preocupación por su expansión.
En toda la Comunidad, estos locales han crecido un 140% en los últimos cuatro años. Sólo en Madrid capital, el incremento ha sido casi del 72%: de 185 locales a 318. Y los políticos se han hecho eco.
Algunos municipios ya se han movilizado. Pozuelo de Alarcón se adelantó y lo intentó el pasado mes de febrero. La candidatura de confluencia Somos presentó una moción para controlar la ubicación y el crecimiento de los locales de azar. Sin embargo, el Consistorio, gobernado por el PP con mayoría absoluta, lo rechazó. Ya en marzo, el Pleno del Ayuntamiento de la capital aprobó una propuesta de Ahora Madrid con los votos a favor de PSOE y Ciudadanos. El texto instaba a la Consejería de Economía de la Comunidad a la elaboración de una Ley Integral del Juego que, entre otras medidas, incluyera una regulación de la implantación territorial de estos locales, de modo que no estuvieran cerca de centros escolares o de terapia para tratar la ludopatía. Dos meses después, Majadahonda se convirtió en el primer municipio madrileño en aprobar una norma en la apertura de casas de apuestas en inmediaciones de colegios y centros juveniles.
También algunos barrios han mostrado su rechazo. «Con Moratalaz no se juega. Fuera del barrio. Primer aviso», era sólo una de las pintadas con las que amanecieron los locales de este distrito hace dos meses. Moratalaz Despierta recordaba que el incremento de las casas de apuestas en su zona superaba el 66% desde 2013. Según este colectivo, el aumento responde a un «criterio geográfico de base»: estos salones proliferan en aquellos barrios más golpeados por la crisis.
¿Qué incluiría esta norma de salir adelante? Además de la ordenación territorial de las salas y evitar su presencia en zonas especiales –«en Leganés hay una frente a un centro de atención a la ludopatía», alerta Delgado–, el texto prevé la creación de un Consejo del Juego, que contaría con representación de los partidos, operadores del juego y asociaciones de afectados. Incluiría asimismo una estrategia en la lucha contra la ludopatía. «Sabemos que hay cuatro inspectores de Sanidad dedicados a este problema en la región, pero aún no sabemos con cuántos inspectores cuenta la Comunidad en Ordenación del Juego», explica el diputado. Otra medida consistiría en que el 1% de lo recaudado por estos locales en la región se destinara a la atención sanitaria de la ludopatía. «No existe un servicio público de atención inmediata a esta patología. Los pacientes suelen caer en una cadena de derivaciones de especialistas. No puede postergarse su atención por seis meses: en ese tiempo pueden haber arruinado a su familia», dice Delgado. Así, de los 700 millones que recaudan las casas de apuestas de la Comunidad, alrededor de siete millones irían destinados a este servicio. Por último, se regularía también la publicidad, de forma que los anuncios quedarían fuera del horario infantil.
Además, la intención de Podemos es llevar este debate a distritos como Puente y Villa de Vallecas, Usera, Vicálvaro, Chamberí, Retiro, Chamartín, Moncloa-Aravaca, Ciudad Lineal, Arganzuela, Fuencarral, Barajas, Centro, Salamanca, Tetuán, Hortaleza y San Blas-Canillejas. Delgado afirma que las compañías de apuestas «se han mostrado preocupadas ante el fantasma de la prohibición. Pero no proponemos prohibir, es un negocio lícito».
Patricio Mackey es concejal de Somos Majadahonda y responsable de que el municipio sea el primero que ha aprobado una ley que regula estos espacios. Una decisión motivada porque, hoy, en un radio de tres kilómetros, cuentan con cinco salas. Técnicos del Ayuntamiento están revisando la modificación del Plan General de Ordenación Urbana para dar cabida a dicha regulación. Pero reconoce que las aplicaciones son «limitadas», precisamente por el motivo que apuntaba Delgado: quien debe decidir sobre el número de licencias es la Comunidad, no un municipio. Así, una de las intenciones de Somos es que, a través de una ordenanza municipal, no haya tantas facilidades para que los monitores de estos locales, expuestos en la vía, muestren las cuotas de las apuestas. Más a corto plazo, pretenden ampliar el abanico de alternativas al juego entre los jóvenes: actividades culturales, pistas al aire libre de baloncesto y fútbol, un skate park… Lo que sí tienen claro es que desde Majadahonda «se ha abierto una vía para sensibilizar y ofrecer una mejor atención a los pacientes de ludopatía».
¿Por qué el rechazo de los vecinos? Según dicen desde Podemos y Somos, los horarios continuados –de 10:00 a 12:00 de domingo a jueves, y hasta la 1:00 los viernes y sábados– causan malestar por el trajín de gente entrando y saliendo. También han constatado la aparición de prestamistas y de jugadores que, al no poder devolver los préstamos, han recibido palizas. A parte, como apunta Delgado, «se crean lugares de socialización en espacios peligrosos: no es quedar en unos simples recreativos; se les ofrece a los clientes bebidas gratis». No en vano, otra de las quejas vecinales es que incluso menores frecuentan estos locales. Según un estudio de la Universidad Carlos III y la Fundación Codere, las apuestas deportivas afectan especialmente a jóvenes de entre 18 y 24 años. «Queremos saber cuántos chicos de 18 años presentan este patrón de conductas. Si con 18 años ya tienen patrones de ludopatía, es que han jugado antes», dice Delgado.
Los madrileños, los que más apuestan on-line
El VIII Informe de percepción social sobre el juego de azar en España 2017, realizado por la Fundación Codere y la Universidad Carlos III, revelaba que la región con más jugadores on-line es Madrid, con una tasa del 20,1%, seguida de Andalucía (17,7%), Valencia (10,7%) y Cataluña (13,9%). Con todo, el estudio apunta a que se debe sobre todo a que son las comunidades con mayor densidad de población. En lo que respecta a las casas de apuestas, los encuestados afirmaban que lo que les mueve a apostar, además de ganar, es «demostrar que se sabe de un deporte», Y, en un plano secundario, «porque es divertido y se puede hacer con los amigos». En cuanto a perfiles de usuarios, en un 90,3% se trata de hombres; en un 28% su estatus social es medio bajo o bajo, y la franja de edad más vinculada a los salones de juego es la que va de los 20 a los 24 años, con un 20% de usuarios.