Cuando el Niño le toca a un niño pone de manifiesto la existencia de varias inconsistencias en la sociedad en la que operamos las empresas del juego, ya sean públicas o privadas, ya que juego es juego sea de la índole que sea.

Según la legislación española un menor de 18 años no puede participar en actividades relacionadas con el juego, y si la legislación española lo recoge así es por que todos hemos llegado a la conclusión de que así debe ser y todos debemos estar comprometidos con el cumplimiento de esta norma de convivencia.

En este caso se han podido producir varias inconsistencias con las responsabilidades que cada uno tiene, la primera, y la más importante a nuestro entender es la de las personas implicadas y que tienen la voluntad de compra del boleto de lotería saltándose la normativa vigente, en este caso un menor de 15 años que cuenta con la ayuda de su propio padre para poder acceder a él.

Alejandro Landaluce, director general de Cejuego

Alejandro Landaluce
, director general de Cejuego

La segunda responsabilidad es por parte del vendedor, que tiene la obligación de impedir el acceso al juego a los menores, y dentro de ella debería intentar minimizar el riesgo de fraude de ley que supone que un mayor de edad ayude a la compra del boleto al menor.

La tercera responsabilidad es por parte del regulador, que tiene la responsabilidad de vigilar la actividad y comprobar que no se estén produciendo quebrantos a la normativa, ya sea con la venta de boletos o quinielas en oficinas de Loterías y Apuestas del Estado, o de Rascas en los quioscos de la ONCE, o el acceso a Salones de Juego o a las apuestas online de los menores de edad.

La cuarta responsabilidad es la de la sociedad que debe ser coherente y consistente en el planteamiento, si entre todos hemos llegado a la conclusión de que hay comportamientos que los menores no deberían de tener hasta que sean mayores de edad, y una vez que lo sean fomentar el uso responsable, como el acceso al juego, no parece muy razonable que se ensalce en los medios de comunicación y en la sociedad del día a día que los menores puedan comprar lotería, participaciones o boletos para la rifa en el partido del domingo.

Desde CEJUEGO apostamos por el cumplimiento por parte de todos los implicados de sus responsabilidades, de los ciudadanos, de los operadores, de los reguladores y de los medios de comunicación para evitar el acceso de los menores al juego y para el fomento de la responsabilidad en el juego en los mayores que decidan incorporar esta actividad en sus rutinas de ocio.

Tenemos una buena regulación, tenemos una sociedad en la que el juego es una actividad regulada y normalizada, pero casos como el que nos ocupa debería hacernos reflexionar sobre el camino de mejora que tenemos por delante.

Artículo de Alejandro Landaluce, director general de Cejuego