Cuando Javier García no estaba en la sala de juegos, estaba en la calle buscando qué hacer para levantar dinero y así poder volver al recreativo a meter monedas en la maquinas de apuestas deportivas.

Así transcurrían sus días.Tan pronto cargaba algo a sus bolsillos, un poco era para droga, otro poco para el juego. Adicciones que lo llevaron a cometer alguna barbaridad, como parar a una patrulla de la Policía Local de Arteixo para preguntar a sus agentes qué tenía que hacer para que lo encerraran en prisión, o vender colillas que recogía en la calle. La última fue para nota.

El pasado 26 de enero estaba como siempre sin blanca y se le ocurrió cometer un atraco. Le sobraba voluntad, le faltaba un arma. Así que se presentó en un bar y pidió prestado un cuchillo. Dijo que era para arreglar la moto. Con el puñal, caminó unos pasos y se introdujo en una tienda de chucherías. Asaltó a la dependienta y con el botín cruzó la calle y se lo gastó en el salón recreativo. No tardó en ser detenido y ayer fue juzgado.