En una decisión importante que altera el panorama de la industria del entretenimiento de la ciudad de Nueva York, el Concejo Municipal aprobó la “Enmienda al texto de las instalaciones de juegos de azar”.

La enmienda, aprobada con una contundente mayoría de 35 a 15 el jueves, cuidadosamente orquestada por el alcalde Eric Adams, despeja el camino para la construcción de ostentosos hoteles-casino en nichos seleccionados en los cinco condados.

La jugada maestra iniciada por el carismático alcalde el pasado mes de noviembre tiene como objetivo albergar establecimientos de juego en los distritos industriales de la ciudad e invitarlos a casi todas las zonas comerciales. Sin restricciones en cuanto a su tamaño, estos desarrollos han recibido luz verde gracias a la votación del Consejo que respalda el plan del alcalde.

La presidenta del consejo, Adrienne Adams, una potencia dentro del Distrito 28, explicó la situación actual y la solución que ofrece la nueva enmienda. Ella afirmó: “Los casinos actualmente no constituyen usos permitidos dentro de la zonificación de la ciudad de Nueva York. Esta enmienda de texto ofrece una resolución a esta discrepancia de zonificación al tiempo que preserva la autoridad de toma de decisiones de las comunidades con respecto al proceso de solicitud de licencias de casinos del estado”.

La votación del consejo ha sido aclamada como un catalizador que podría acelerar el hasta ahora lento proceso de permitir a los nueve contendientes presentar oficialmente sus planes para conseguir uno de los tres preciosos permisos de casino en el estado. El entendimiento actual es que los reguladores de Nueva York no otorgarán estas licencias hasta finales de 2025, lo que provocará una frustración palpable entre las corporaciones de juego.

La votación del jueves es sin lugar a dudas un logro importante y un paso más hacia la realización del sueño de Nueva York de un imperio de casinos vibrante. Sin embargo, aún quedan algunos nudos por desenredar.

El complejo turístico propuesto por Bally en el Bronx y el ambicioso diseño de Steve Cohen y Hard Rock International en Queens están pendientes de modificaciones en la designación de zonas verdes para sus sitios potenciales. Mientras tanto, Las Vegas Sands, con fervientes esperanzas de levantar un hotel casino en medio de la grandeza histórica del Nassau Coliseum en Uniondale, se ven envueltos en una disputa legal iniciada por la Universidad de Hofstra.

Los ejecutivos de Sands han criticado el ritmo estancado del proceso de los casinos de Nueva York: el director financiero de Sands, Patrick Dumont, lo considera poco claro y lleno de confusión.

Todas las propuestas para las tres licencias del sur del estado deben contar con la aprobación de un Comité Asesor Comunitario (CAC), previsto para estar compuesto por seis personas designadas de las oficinas de la Gobernadora Kathy Hochul, el Alcalde Adams y los responsables políticos de las áreas marcadas para posibles casinos.

A pesar de que la votación de 35 a 15 insinuaba una aprobación fluida en el Consejo, la propuesta del alcalde enfrentó una avalancha de críticas de ambos extremos del espectro. Conservadores y progresistas se enfrentaron para arrojar luz negativa sobre el discurso.

La miembro del Consejo del Bronx, Kristy Marmorato, que representa el área donde se ubica el hotel casino Bally’s, expresó su temor de que cambiar las leyes de zonificación para las compañías de juegos podría provocar que otros desarrolladores busquen lagunas en las regulaciones de zonificación de la ciudad.

Con esta postura coincidió Kalman Yeger, un demócrata de Brooklyn conocido por sus opiniones moderadas. Yeger, que representa a Coney Island, designada como complejo casino por Thor Equities, calificó categóricamente la idea de colocar lugares de juego cerca de escuelas y residencias familiares como una “mala política”.

De las 51 juntas comunitarias de la ciudad de Nueva York, 19 votaron en contra del plan aprobado por el Consejo, mientras que 30 optaron por guardar silencio sobre el tema. A medida que la ciudad de Nueva York da un paso más hacia la adopción de la cultura de los casinos, sólo el tiempo revelará las últimas cartas jugadas en este juego de alto riesgo de zonificación y regulaciones.