El Banco Central Europeo (BCE) ha advertido en repetidas ocasiones de los grandes riesgos que entraña la inversión en criptoactivos. El instituto monetario tampoco ha dudado a la hora de comparar al bitcoin y sus pares con la burbuja de los tulipanes del año 1600.

Sin embargo, esta vez la crítica es, sin duda, la más feroz de todas. Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo, ha enumerado en un discurso todas las ‘promesas incumplidas’ de las criptomonedas y ha sacado a la luz los puntos más oscuros de este mundillo que pese a todo sigue ganando adeptos y peso en las finanzas mundiales.

Panetta ha puesto de relieve los problemas y riesgos que están generando las criptomonedas para la estabilidad financiera. Unos activos que supuestamente llegaron para ser la solución a viejos problemas y que han terminado creando un mercado de especulación, volatilidad salvaje y que, además, sirve de herramienta para sortear la legalidad.

Las criptomonedas corrigen con intensidad a última hora de este martes. Las caídas se han ido intensificando a medida que los mercados han ido adoptando un sentimiento risk-off (aversión al riesgo) que también ha sacudido a Wall Street. El bitcoin cae más de un 4% y pone en riesgo el nivel los 38.000 dólares, mientras que ethereum se deja más de un 5% y se sitúa en la zona de los 2.800 dólares.

El nacimiento del bitcoin hace 15 años vino con muchas promesas debajo del brazo, «pero las apariencias engañan. El sueño de Satoshi Nakamoto de crear dinero fiable sigue siendo solo eso: un sueño», ha asegurado el banquero italiano durante un discurso en la Universidad de Columbia.

Panetta reconoce que las criptomonedas han ganado gran popularidad en los últimos años. Estos activos comenzaron recibiendo la atención de unos cuantos expertos en informática y han terminado levantando pasiones entre todos los públicos independientemente de su formación, intereses u objetivos financieros.

Los criptoevangelistas y esquema Ponzi

«Los entusiastas de las criptomonedas se maravillan con el auge de este mercado, y muchos sienten que deberían arriesgarse con las apuestas en este mercado. Ha surgido un ecosistema, desde mineros hasta los intermediarios, todos buscando expandirse en las finanzas digitales. Los criptoevangelistas prometen el cielo en la tierra, utilizando una narrativa ilusoria sobre unos precios que siempre suben para mantener las entradas de dinero y, por lo tanto, el impulso que alimenta la criptoburbuja», asegura Panetta.

«Al igual que en un esquema Ponzi, tal dinámica solo puede continuar mientras un número creciente de inversores crea que los precios seguirán aumentando y que puede haber valor fiduciario sin el respaldo de ningún flujo de ingresos o garantía. Hasta que el entusiasmo se desvanece y la burbuja revienta», alerta Panetta.

Sin embargo, más allá de este entusiasmo basado en unas expectativas futuras que no terminan de realizarse, la realidad es que el mundo de las criptomonedas ha evolucionado bastante poco como medio de pago o como unidad de cuenta o valor. Pero no solo eso, Panetta ha enumerado durante su discurso todos los problemas que hoy presentan estos activos cuyos precios han subido como la espuma.

Problemas de las criptomonedas

  • Las transferencias de criptoactivos pueden tardar horas en procesarse.
  • Sus precios fluctúan enormemente.
  • Las transacciones supuestamente anónimas dejan un rastro inmutable que se puede rastrear.
  • Una gran mayoría de los que invierten en criptomonedas confían en intermediarios, algo totalmente opuesto a la filosofía que predomina (y debería dar forma) en las finanzas descentralizadas, asegura Panetta. El miembro del Comité Ejecutivo del BCE pone un ejemplo: «El Salvador ha sido el primer país en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, los pagos se realizan a través de una billetera convencional administrada de forma centralizada», la descentralización por ahora es más un mito o teoría que una realidad.
  • Los criptoactivos están generando inestabilidad e inseguridad, exactamente lo contrario de lo que prometieron. «Están creando un nuevo salvaje Oeste«, asegura Panetta.

El peso de las criptomonedas

El banquero italiano advierte de que ahora mismo el criptomercado ya más grande que el mercado de hipotecas subprime cuando, con un valor de 1,3 billones de dólares, desencadenó la crisis financiera mundial. Y muestra una dinámica sorprendentemente similar. En ausencia de controles adecuados, los activos criptográficos están impulsando la especulación al prometer rendimientos altos y rápidos y explotar las lagunas regulatorias que dejan a los inversores sin protección», advierte el responsable del Banco Central Europeo.

El italiano ha hecho una llamada a todos los organismos reguladores del mundo para evitar una nueva crisis financiera o al menos reducir el riesgo todo lo posible: «No debemos repetir los mismos errores esperando a que estalle la burbuja, y solo entonces darnos cuenta de cuán omnipresente se ha vuelto el riesgo de las criptomonedas en el sistema financiero. Y aunque algunos pueden esperar ser más inteligentes y salir a tiempo, muchos quedarán atrapados».

Es ahora o nunca. Para Panetta este mercado ya ha crecido demasiado, cuanto más grande sea más difícil será regularlo y al final puede ser como intentar poner vallas al campo. «Ahora es el momento de garantizar que los criptoactivos solo se utilicen dentro de límites claros y regulados y para fines que agreguen valor a la sociedad. Y es hora de que los formuladores de políticas respondan a la creciente demanda de activos digitales y hacer que el dinero soberano se ajuste a la era digital».

Con estas palabras, Panetta ha querido enfatizar la necesidad de crear cuanto antes un euro digital al que puedan tener acceso todos los ciudadanos. Un euro digital que haga las funciones del dinero efectivo pero si la necesidad de tener en posesión los billetes y las monedas.

Para finalizar, Panetta ha querido elevar el tono de alerta: «Hoy, los criptoactivos ya no son solo inversiones especulativas y de alto riesgo, sino que también plantean preocupaciones de política pública y estabilidad financiera».

Fuente: eleconomista.es