Soy el James Bond de la ruleta”, reveló ayer Alberto Martín durante la reapertura del Casino Bilbao tras la rehabilitación integral a la que se ha sometido el salón de juego.

La confesión de este aficionado a tentar al azar resultó de lo más apropiada en una puesta de largo filmográfica. Fue una noche de lentejuelas y brindis al son del jazz que evocó cada una de las películas hollywoodienses rodadas en la icónica ciudad de Nevada, a la que los más de 540 asistentes pudieron transportarse gracias a la vibrante decoración del salón que invitó a poner a prueba la suerte del principiante. ¿Quién podría resistirse a jugar sin la probabilidad de perder?

Entre los veteranos, “llevo más de 22 años acudiendo”, Alberto aseguraba que a pesar de dejarse ver prácticamente cada día en el casino de alameda Urquijo, siempre ha sido muy comedido. “El otro día aposté 50 euros y me llevé 400 euros, pero hay que controlar la desilusión”, recomendaba, “vengas con lo que vengas”. Contento con la transformación de la que considera su segunda casa, no quiso perderse la fiesta con la que se inicia una nueva etapa en el local cuya reforma comenzó a atisbarse hace más de un año. Todo para que el cliente viva una experiencia que va más allá del juego, con una oferta de restauración y de espectáculos que pretende dinamizar la ciudad. De hecho, los más entendidos dijeron ayer que la villa ya tiene el mejor casino del Estado. Aunque habrá que esperar para saber si se trata o no de una bilbainada, la diferencia respecto al anterior salón de juegos es notable.

Desde que Luckia Gaming Group adquirió el local en 2014, la idea fue relanzar el negocio a través de una metamorfosis palpable. Precisamente, el presidente de la empresa gallega, José González, estuvo presente en el acto que dio comienzo con el tradicional aurresku y que finalizó con la actuación de una big band. “Hace apenas tres años que me comprometí a convertirlo en una referencia nacional e internacional. Es una realidad”, aseguró el empresario quien alabó la labor de Willy Gómez, el diseñador de casinos que ha llevado a cabo reformas de salones de Estados Unidos o Egipto. Asimismo, González destacó la “clara orientación al cliente” de los “más de cien empleados vizcainos”.

Quien ha seguido muy de cerca cada uno de los cambios de la instalación ha sido el gerente, José Manuel Mollinedo. Desde la ampliación del escenario con la conexión entre plantas a través de una espectacular escalera hasta la distribución diferente de las barras en las que tomarse un cóctel. “Me gustaría agradecer a clientes y empleados la fidelidad que han tenido”, expuso el gerente, quien meses antes tuvo la ocasión de mostrar parte de la rehabilitación a través de una oferta gastronómica novedosa. Y es que desde marzo, el cocinero Oskar Rodríguez capitanea el restaurante Sustraiak, ubicado en la primera planta, orientado a favorecer encuentros en el casino.

El acto de inauguración, que estuvo presentado por Jorge Fernández -“al que las ruletas persiguen”, dicho por él-, contó con numerosos representantes institucionales que quisieron respaldar el proyecto. En palabras de Xabier Ochandiano, concejal de Desarrollo Económico de la villa, “el casino es un complemento a la oferta de Bilbao, tanto para el turismo como para los propios bilbainos”. En la misma línea, Isabel Muela, viceconsejera de Turismo y Comercio, consideró que se trata de “un recurso turístico de primer nivel”. De hecho, añadió que “cualquier ciudad que se precie tiene que contar con un gran casino”.

Por su parte, Aitor Uriarte, director de Juego y Espectáculos, reveló que desde un primer momento estuvo en sintonía con el proyecto que José González quiso lanzar en Bilbao, refiriéndose al “concepto integral de ocio”. Aunque también apeló a evitar “los aspectos negativos del juego”, para lo que subrayó “la responsabilidad social” del casino. En esa labor, precisamente, tienen mucho que decir los empleados. Desde la mesa del Texas Hold’em, uno de los crupieres, que lleva siete años repartiendo cartas, mostró su deseo de que “el casino se llene y la gente venga a divertirse”. Para lo demás ya está ojo avizor, aunque advierte: El que no juega no gana.

Fuente: deia.com