Gran Casino de Barcelona, sito en los bajos del hotel Arts, contabilizó el pasado ejercicio los primeros números rojos desde que se instaló en esas dependencias en 1998. Antes había estado en marcha durante dos décadas en el municipio de Sant Pere de Ribes.
El descalabro de 2020 se debe al dichoso coronavirus. Tras la declaración del estado de alarma en marzo, las autoridades decretaron el cierre de los establecimientos de juego. Así continuó el sector entero hasta finales de año.
PODA LABORAL
Gran Casino de Barcelona se vio forzado a presentar expedientes de regulación temporal para su plantilla, integrada por 490 personas. La criba del año 2020 fue tal, que al cierre del año solo 43 de ellos se mantenían en su puesto de trabajo.
Los problemas del virus ocasionaron una caída histórica de los ingresos del Casino. Además, afloraron unos abultados números rojos, que son los primeros en más de dos décadas.
Los ingresos cayeron un 70%, de 86 a 25 millones. El desplome significa una pérdida de explotación de 4,6 millones.
CONTRIBUCIONES NO DINERARIAS
El resultado antes de impuestos se saldó con unos números rojos de cinco millones. Hasta 2020, el recinto constituyó una máquina bien engrasada de obtener excedentes, tal como muestra la tabla adjunta.
Año | Ingresos | Resultado |
2020 | 25 | -5 |
2019 | 86 | 14,9 |
2018 | 89 | 15,4 |
2017 | 86 | 13,8 |
2016 | 82 | 11,8 |
2015 | 74 | 10,9 |
El boquete de 2020 comprime el patrimonio hasta 4,4 millones. Para cubrirlo, los dueños de la empresa, los tres hermanos Suqué Mateu, acordaron realizar una aportación no dineraria. La han articulado mediante la cesión de un crédito de cuatro millones que ostentaban frente a la empresa vinculada Poligal Global Services.
TRAGAPERRAS VALORADAS EN 28 MILLONES
Gran Casino de Barcelona ocupa en calidad de inquilino en el establecimiento del Hotel Arts. El año pasado abonó por el alquiler 2,2 millones. El contrato venció en plena pandemia. Ambas partes firmaron uno nuevo por un periodo de 10 años.
La inversión más cuantiosa realizada en el recinto es la compra de las máquinas de premio o tragaperras, con un coste de 28 millones.
IMPUESTOS CONFLICTIVOS
Gran Casino de Barcelona pagó el año pasado 675.000 euros por la tasa estatal que grava el juego, y 2,3 millones por el impuesto de actividades económicas que cobra el Ayuntamiento de la Ciudad Condal.
Los dos cánones han sido fuente de encontronazos con las autoridades fiscales. En 2016, tras una inspección relativa a los ejercicios 2012 a 2014, Hacienda determinó que las propinas recibidas de los clientes debían tributar, por lo que exigió a Casino de Barcelona el pago de 1,2 millones. Para cubrir las cuotas correspondientes a 2015 y 2016, la compañía registró una provisión de 627.000 euros.
VICTORIA FRENTE A HACIENDA
En ambos casos, Casino de Barcelona liquidó a Hacienda las cantidades reclamadas, pero a la vez presentó recurso ante el Tribunal Económico Regional de Cataluña.
Este año 2021, dicha instancia ha resuelto a favor de Casino de Barcelona. El pleito no está finiquitado. La Agencia Tributaria no ha quedado satisfecha y ha elevado recurso de alzada.
EN EL PUNTO DE MIRA DE ADA COLAU
El episodio no es la mayor amenaza fiscal que pesa sobre la casa. En 2019, el Ayuntamiento de Barcelona investigó el impuesto de actividades económicas satisfecho por Casino de Barcelona, correspondiente a los ejercicios de 2015 a 2018.
El año pasado, el consistorio de Ada Colau propinó al Gran Casino actas de liquidación de 18,5 millones. La empresa las firmó en disconformidad y, a la vez, ha interpuesto recurso. Gran Casino ha cargado este castañazo contra las reservas acumuladas en el balance.
Fuente: metropoliabierta.com