Máquinas ilegales en Colombia

Los réditos que le quedan al país por los juegos de suerte y azar, que el año pasado superaron el medio billón de pesos, aumentan considerablemente cada año, pero el mercado ilegal que se mueve detrás también crece sin parar.


De hecho, el ‘mundo oscuro’ de estos servicios supera el que está en la legalidad, de acuerdo con un estudio hecho para Fedesarrollo por los investigadores Juan Gonzalo Zapata, Daniel Rico, Daniel Wiesner, Laura Goyeneche, Daniela Trespalacios y Daniel Urrutia.

Los expertos determinaron que, en total, el mercado negro que se mueve detrás de juegos online y presenciales se acerca a los $1,5 billones cada año, superando incluso los recursos que mueve el negocio legal, que son de unos $1,2 billones.

En plata blanca, esto indica que de todo el dinero que se mueve este sector, 53,1% corresponde a juegos no legales, es decir, que están por fuera del radar de Coljuegos, entidad que, no obstante, cierra cientos de locales irregulares cada año.

De hecho, Juan B. Pérez, presidente de la entidad, señaló durante la última rendición de cuentas que solo el año pasado, se decomisaron “3.152 elementos de juegos de suerte y azar que operaban sin autorización de Coljuegos, 2.813 máquinas electrónicas tragamonedas ilegales, 172 módulos de apuestas deportivas, 155 sillas de bingos y 12 ruletas ilegales. Además se bloquearon con apoyo del Mintic y el Centro Cibernético de la Policía, 2.616 páginas de apuestas por internet que operaban sin autorización”.

Si bien estas acciones han seguido de forma constante en lo que va del 2019, los investigadores de Fedesarrollo señalaron que el tamaño de la ilegalidad que hay detrás supera todas las redadas y acciones, sobre todo en lo relacionado con los juegos tradicionales.

Los resultados muestran también que el chance es la modalidad de juegos de suerte y azar que tiene el mercado ilegal más grande en pesos colombianos; corresponde al 96% de la ilegalidad total de estos juegos”, de acuerdo con estimaciones de los expertos.

TRAGAMONEDAS, EL OTRO DESANGRE

A esta modalidad le siguen de cerca las apuestas en línea y las deportivas, que presentaron el mayor porcentaje de ilegalidad, eso sin contar las casi 50.000 máquinas tragamonedas que están regado por todo el territorio nacional.

De hecho, es tanto el volumen de dinero y la inclusión de estos aparatos en los municipios del país, que los analistas del centro de estudios le dan un capítulo aparte en la investigación, sobre todo porque mueven casi una tercera parte de todo el dinero ilegal que pasa por este sector.

Gran parte de dichos aparatos son reciclados por las mafias y usados para recaudar dineros de manera ilegal, y según los expertos, el cálculo más cercano da cuenta que “habría 49.036 máquinas en el mercado de segunda para el 2017, después de descontar las máquinas que han sido incautadas por Coljuegos”.

Estas casi 50.000 tragamonedas, que están regadas por todo el territorio nacional, mueven nada más y nada menos que $480.000 millones cada año, teniendo en cuenta que cuatro de cada diez máquinas que hay en el país están fuera del control del Gobierno.

No obstante, la cosa no para allí. Los investigadores determinaron, además, que cada mes, al país ingresan miles de tragamonedas, que si bien son registradas de forma normal y regular ante las autoridades aduaneras, no se han visto reflejadas en los inventarios del mercado legal.

Esto los llevó a concluir que al stock de aparatos ilegales hay que sumarles otras 23.291 unidades, llevando a que la cifra total supere las 72.000 máquinas que operan ‘en la sombra’.

Las acciones de las autoridades del sector están enfocadas, en gran parte, en salirles al paso a la masificación del uso de este tipo de elementos ilegales, sobre todo por su impacto fiscal.

HUECO FISCAL

Y es que los recursos que se mueven en el sector de juegos de suerte y azar tiene un componente tributario importante, que le suma a las arcas de la Nación $1,5 billones al año, entre derechos de explotación e IVA, según datos de Coljuegos.

No obstante, el mercado negro le quita al Estado cerca de $230.000 millones cada año, que vienen siendo $1,1 billones por concepto de derechos de explotación no recibidos, si se toma en consideración que todas las máquinas operarían cinco años, que es el tiempo máximo de los contratos de concesión.

Esto quiere decir que Colciencias deja de recibir por lo menos $16.000 millones; el Adres ‘pierde’ $50.000 millones, y que los entes territoriales son los más afectados, ya que el recaudo podría aumentarles en $160.000 millones cada año, si estos juegos operaran dentro de la legalidad.

Las pérdidas llegan a impactar a los ciudadanos de a pie, pues el régimen subsidiado de salud deja de recibir $105.000 millones, sumado a que la salud pública no percibe otros $38.000 millones a nivel nacional.

MEDIO BILLÓN DE PESOS PARA LA SALUD EN EL 2018

A pesar del panorama de la ilegalidad en el sector de juegos de suerte y azar, según Coljuegos, el 2018 fue el año récord del país en cuanto a recaudo por este concepto. La cifra por derechos de explotación ascendió el año pasado a $574.000 millones, es decir, 9,8% más que en el 2017”.

Fuente: portafolio.co