El turf español sigue en una situación de bloqueo que incrementa el nerviosismo y la tensión en el sector. La temporada de primavera debería haber comenzado ya en Madrid, pero por el momento no hay soluciones que permitan reanudar la competición. Mientras La Zarzuela Madrid trabaja en una vía para recuperar la actividad en breve, los dirigentes del hipódromo de Donostia esperan noticias de Madrid para tomar decisiones. Si este último intento de reanudar la competición fracasa, deberán activar un plan B para no quedarse sin carreras este verano.
El tiempo ha sido el mejor aliado para los dirigentes de Hipodromoa. La temporada de verano debería comenzar dentro de tres meses y todavía queda margen de maniobra, pero la cuenta atrás ya ha comenzado. Aunque todavía hay esperanzas de que se pueda reanudar la temporada de primavera antes de Semana Santa, en Donostia saben que no pueden quedarse de brazos cruzados. En el peor de los casos, contemplan activar planes alternativos para el verano.
En cualquier caso, la directiva apurará todas las posibilidades para salvar la temporada. Si no se puede contar con el apoyo de Loterías y Apuestas del Estado, el mayor problema sería el de la financiación. Con la aportación de PMU, entre 30.000 y 45.000 euros por jornada, sería casi imposible cubrir los gastos de 15 jornadas. Probablemente el programa sufriría variaciones. Así mismo, las instituciones deberían hacer un esfuerzo para salvar una temporada que supone un activo económico y turístico importante para el territorio.
Aunque todas las decisiones serán consensuadas por la junta directiva, la última palabra será la de Jerome Carrus, máximo accionista y por tanto principal mandatario de Hipodromoa. Por ahora la Federación Internacional no ha recibido petición para que reconozca a la Federación Hípica como autoridad reguladora en España, pero Carrus está dispuesto a liderar las negociaciones para abreviar plazos.
Con la competición parada, algunos profesionales estabulados en Madrid han hecho las maletas y se han estabulado en Francia y Donostia. El exodo sólo podría interrumpirse con la reanudación inmediata de la competición. De lo contrario, San Sebastián quedará como única esperanza para una cabaña nacional cada vez más desanimada y menguada.
Fuente: diariovasco.com