Siempre me ha parecido que los bares sencillos son sitios inspiradores. Son puertas de entrada al alma obrera de Madrid y son bonitos sin ser pretenciosos, como la ciudad. También es el sitio en el que nació mi proyecto Madrid No Frills (que se puede traducir como Madrid básico), apoyada en la barra con una caña y una tapa, y escuchando la historia del dueño.

Visito estos sitios encantadores de Madrid con frecuencia y a lo largo de los años he reunido accidentalmente una colección amplia de fotografías y relatos. La historia se repite a menudo: los clientes están desapareciendo por el desmantelamiento de las comunidades de los barrios, lo que está conectado de forma estrecha con los precios crecientes de los alquileres de nuestra ciudad. Mucha gente también está perdiendo interés en estas instituciones de Madrid, optando por grandes cadenas que abren literalmente donde antes estaban estos bares.

Al poner estos cien bares uno detrás del otro, espero animaros a apreciar su belleza y encanto únicos, que es algo que las cadenas sin alma que están invadiendo la ciudad nunca podrán reclamar.

Desde que tomé estas fotos, algunos de los locales han cerrado sus persianas metálicas para siempre. El resto continúa ofreciendo tapas generosas y cañas perfectamente servidas en una ciudad en la que están en clara desventaja. Pero siempre que sigamos visitando estos bares, podemos confiar en que seguirán vivos, igual que el Madrid auténtico: una metrópolis viva e internacional con el alma de un pueblo mediterráneo.

Fuente: elpais.com