Daniel Mateos trabajaba en banca y lo despidieron. Era el año 2010, un mal año, pero lo que parecía un contratiempo grave se convirtió en la ocasión de su vida. Se hizo «tipster», que es algo así como un corredor de apuestas, un experto que te dice «mete dinero a este equipo y a este otro». Su conocimiento del tenis le permitió ganarse el pan durante un tiempo: compartía sus pronósticos a través de internet.
Álex y Samu también apuestan. Comenzaron a hacerlo de manera más o menos seria hace cinco años. Hoy tienen una web (Pensador de Apuestas) y patrocinan un equipo de Segunda División: la Unió Esportiva Llagostera. Daniel, Álex y Samu son tres entre miles. Cada vez son más personas las que venden sus pronósticos a cambio de dinero, pero muy pocos se atreven a vivir de ello: «Las apuestas son una carrera a largo plazo y, aunque parezca lo contrario, hay estudios que dicen que no más del 3-4% de la gente que apuesta gana dinero», explican Álex y Samu. «Vivir de las apuestas sería, bajo nuestro punto de vista, vivir demasiado al límite. Nadie acaba con beneficios el 100% de los meses, por lo que para vivir única y exclusivamente de las apuestas tienes que ser muy bueno, tener la cabeza muy fría y ser muy equilibrado emocionalmente».
No todos lo consiguen. Los datos del Ministerio de Sanidad apuntan a que el juego online es la segunda cusa de ludopatía por detrás de las máquinas tragaperras. Las apuestas deportivas mueven unos 4.000 millones de euros al año y es un producto que engancha. Al contrario que en las tragaperras, el usuario genera la sensación de que, con su conocimiento del juego y sus decisiones a mitad de partido, lo tiene todo bajo control. Pero la estadística dice que no es así.
Daniel Mateos, el hombre que cambió la banca por las apuestas, tiene 15.000 «tipsters» registrados en Pyckio, su página web, pero solo doce han alcanzado la categoría «pro». Esta docena de especialistas garantiza una rentabilidad superior a la de algunos bancos. Los hay que prometen un 5 o 6 por ciento a largo plazo, como si fueran bonos del Estado. Por eso el mejor «tipster» de su página puede cobrar 550 euros por un «paquete» de 500 pronósticos. En otras webs, estos expertos reciben un fijo al mes por sus consejos.
Les prohíben apostar
Algunas casas de apuestas empiezan a ver con malos ojos a estos especialistas del juego. Para ellos sugerir pronósticos es un ejercicio de filantropía y una forma de ganar dinero. Para las casas de apuestas, son euros que se van: «Lo que pasa es que, al final, ganar en las apuestas es complicado. La mayoría de la gente pierde. Aunque hay “tipsters” buenos que les quitan dinero, las casas de apuestas son conscientes de que van a seguir ganando. Ellos además tienen un tema que… No está bien pero lo hacen: ellos limitan al apostante que gana mucho, como ocurre en los casinos. Un tipo que gana mucho dinero le cierran la cuenta directamente».
—¿Se han dado casos en España?
No es que se den casos, es que es frecuente —asegura—. Te cierran la cuenta o hacen algo un poco más elegante: te dejan apostar uno, dos o tres euros como mucho.
—¿Cómo de frecuente es esto?
En España es muy frecuente. Muy frecuente —dice alargando el adverbio—. Es como los casinos, que tienen derecho de admisión. Si la ley se lo permite… Lo que hay que hacer es tener cuentas en varias casas, distribuir las apuestas y hacerlo con cuidado para evitar estas cosas.
El tenis, bajo lupa
Con estos antecedentes y las informaciones que han salido en torno a posibles pactos en fútbol o tenis, la pregunta es obligada. Hay corredores de apuestas que dicen ver movimientos sospechosos: cuotas que suben o bajan de manera repentina y contra pronóstico.
Sí, yo las he visto», asegura Mateos. «Llevo muchos años en esto y sí, las he visto. Sobre todo en tenis. Si se habla de amaños en fútbol, que necesitas poner de acuerdo a varias personas, imagínate en tenis. En tenis no te tienes que poner de acuerdo con el rival. Tú juegas con uno que es peor que tú, te dejas perder y no se entera nadie. El apostante juega con esto, hay algunos tenistas sospechosos… Ves que llega un torneo poco importante, que juega con uno peor que él… Pues a lo mejor… Los apostantes juegan con esto. Intentan adivinar aquellos jugadores que se van a dejar perder. Además ten en cuenta que los jugadores de tenis… O eres muy top o tampoco te da para estar forrado porque tienes que pagar viajes, fisios, hoteles…».
Según esta teoría, los tenistas de perfil medio serían carne de cañón, pero no todos comparten estas reflexiones. Hay otros «tipsters» que niegan esa tendencia según la cual, en deportes como el fútbol más o menos profesional, se amañarían hasta los saques de esquina.
«Decir eso es una barbaridad y es mentira», aseguran Álex y Samu. «Es algo que deja en muy mal lugar a la gente que intenta ganar dinero de forma honrada en las apuestas como es nuestro caso. A final de temporada parece que haya amaños en todos los sitios, pero la gran mayoría de informaciones son un bulo que va corriendo y que cada vez se hace más grande. A nosotros este año nos hablaron de tres partidos amañados y curiosamente teníamos amigos en varios de los equipos implicados que nos negaron rotundamente esas informaciones».
Fuente: lavozdigital.es