Los empresarios del juego privado abogaron ayer por tomar un papel activo en el debate abierto sobre el sector y trabajar junto al regulador para abordar sus desafíos y dificultades, con la posibilidad, incluso, de enfrentar cierta autorregulación si fuese necesaria para normalizar la relación con la sociedad y desmontar ideas erróneas y perjudiciales para la industria.
«Tenemos que asumir el compromiso de explicar nuestra industria. De poco sirve el lamento, no es el camino«, indicó el presidente de la Asociación Española de Empresarios de Salones de Juego y Recreativos (Anesar), José Vall, durante el congreso sectorial organizado por su asociación.
Vall defendió que la industria da alternativas al ocio «de ciudadanos adultos» que lo ejercitan «en el marco de la libertad y responsabilidad a la que tienen derecho«, pero el sector sufre un daño reputacional porque «han pasado muchas cosas» y muchas veces se habla de la industria de manera «desinformada«, con datos «a veces falsos» y «casi siempre hiriente» que le han puesto «en el foco«, incluso en la esfera política que demanda regulación.
En este punto el presidente de Anesar reivindicó que es «un sector hiperregulado«, que no tiene «que avergorzarnos de nada ni nadie», y que tiene como prioridad el juego responsable, pero alentó a la industria a aprovechar el foro para poner sobre el tapete «los retos que nos tocan vivir» para abordarlos.
BUENAS PRÁCTICAS
El presidente de la asociación para el ocio y el juego en Reino Unido Bacta, Gabino Stergides, animó al sector español a asumir un rol activo y copiar la experiencia británica, con una formación activa y «desde arriba a abajo» de buenas prácticas, porque «es importante demostrar que estamos trabajando con clientes, empleados y con el Gobierno«.
«En Autralia y Noruega se declararon problemas -en alusión al acceso al juego de menores de edad-, no hicieron nada y el Gobierno tomó la decisión de casi prohibirlo. Es importante tomar medidas hoy para prevenir que eso no pase«, recomendó.
A título ilustrativo, detalló que la asociación que lidera programa seminarios y conferencias periódicas, además de reuniones regulares con el Ejecutivo «para que vean que nos tomamos en serio» la gestión de los problemas e, incluso, ha contratado a una empresa de ‘mystery shopping‘ para comprobar que los establecimientos efectúan los controles de manera eficiente para impedir el acceso a menores de edad.
«Lo más importante es comunicar y colaborar con el Gobierno, porque si no, te impone las ideas suyas«, y en las conferencias «hay que incluir a grupos de ludopatías, a jóvenes, al Ejecutivo y a comunidades autónomas, porque si no están no apreciarán lo que se está haciendo«, indicó, alentando además un esfuerzo en compilación de datos y comparativas para poner negro sobre blanco la realidad.
DIAGNÓSTICO DE LA INDUSTRIA
«Hemos hecho oídos sordos a la percepción de la sociedad sobre el juego«, lamentó a su vez el director general del Consejo Empresarial del Juego (CEJUEGO), Alejandro Landaluce, quien considera que ese desconocimiento de la realidad está detrás de que sea creciente el grupo de partidos políticos que quieren regular la industria con propuestas desenfocadas. «No saben de qué hablan, nos comparan con actividades ilegales«, se quejó.
Para encarar la situación abogó por efectuar un adecuado diagnóstico de la industria y afrontar los principales focos de problemas en alusión al acceso de los menores al juego, la publicidad y la proliferación de los locales de juego, con mensajes sectoriales «contundentes«, porque «si el mensaje es ambiguo no va a llegar». «Hemos estado muchos años metiendo la cabeza debajo del ala y ahora salir cuesta«, refirió.
«Estamos en el ámbito de los sentimientos, y tenemos que convencer. Tenemos que luchar en ese ámbito. Todo el sector lo que tiene que hacer es lograr que la sociedad esté a gusto con el sector del juego«, dijo, propugnando que si la normativa en ciernes se demorase, «tampoco veríamos mal una autorregulación«.
Durante su intervención Landaluce pidió «rigor en los datos» y salir a explicarlos, porque, según sus cifras, la cuantía jugada se limita un importe equivalente al 0,9% del PIB y no se ve la contribución del sector que genera más de 167.000 empleos directos y alcanza los 252.110 al incluir el empleo indirecto.
Landaluce reconoció el problema de adicción pero precisó que el juego problemático representa una de las tasas más bajas de los grandes países. En España alcanza al 0,3% de la población adulta, por debajo de Alemania (0,4%), Francia (0,6%), Estados Unidos (0,7%) o Italia (0,9%), ilustró.
Por su parte el presidente de la Asociación Española de Juego Digital (Jdigital), Mikel López de la Torre, detalló que el juego mueve alrededor de 11.000 millones de euros al año, siendo algo menos de la mitad el juego público y otros 4.000-5.000 millones el juego privado; y apenas 20 millones el juego ilegal.
De la Torre coincidió en la necesidad de tomar medida al sector, «porque si no hacemos la foto no vamos a poder hacer el análisis cuando se proponga al regulación«, y para combatir ideas erróneas sobre cuestiones como la participación real de los jóvenes. «Tenemos que revelarnos como sector cuando vemos cifras que no tienen sentido«, alentó.
En el mismo sentido, indicó que el problema de adicción de ese 0,3% existe y no se puede obviar: «Es nuestro problema de imagen (…) Como sector el objetivo tiene que ser tender al 0%, con medidas proporcionales, no lesivas a la actividad, pero hay que tener claro que hay que tender a 0% y ser inflexible con medidas de protección del colectivo«.
Fuente: Servimedia