Casino Caliente, en Cancún
Casino Caliente, uno de los casinos de Cancún

En una señal de paz a la Iglesia Católica, Andrés Manuel López Obrador decidió que en su secxenio no se concederán nuevas licencias para la apertura de casinos en el país. No solo eso, en Segob, según dijeron a LPO fuentes de Bucarelli,  se está trabajando en endurecer los controles sobre esa industria que aporta 30 mil millones de pesos anuales al PIB.

Este giro le fue comunicado la semana pasada a los principales ejecutivos de este negocio en un encuentro protagonizado por Julio Scherer, consejero jurídico de la Presidencia.

El mercado actualmente está monopolizado por dos conglomerados: el mexicano Caliente (de estirpe priista al ser de la familia Hank Rhon) y el español Codere.  Recientemente Televisa anunció que se desprendía de su veintena de casinos. Para tener en cuenta: en la transición del 2018 Bernardo Gómez recibió la recomendación del círculo presidencial de deshacerse de los casinos Play City. Ahora comienza a vislumbrarse por qué.

El movimiento del gobierno tiene sentido porque la 4T viene con una relación de fricciones con la jerarquía eclesiástica desde que en la segunda mitad del año pasado se dijo que el Papa Francisco iba a intervenir en los planes de pacificación del oficialismo. Algo que fue rápidamente desmentido por el Vaticano.

A esa tensión se sumaron otras disonancias como la decisión de darles frecuencias de radio y TV a los evangélicos (que militan dentro del PES, partido de la coalición de gobienro) o la distribución de la llamada Cartilla Moral que se rechaza desde los púlpitos a los largo del país.

El final de las licencias para nuevas salas es un gesto además al cardenal Rogelio Cabrera, actual jefe del Episcopado mexicano y hombre fuerte del clero en Monterrey , donde la Iglesia Católica ha pedido en diversas ocasiones que se impidan nuevas aperturas de casinos tras la tragedia del Royale, en el sexenio de Felipe Calderón.

La decisión afecta a algunos hombres de este negocios que están muy cerca del Gobierno desde Ricardo Salinas Pliego, propietario de TV Azteca,  hasta empresarios medianos de ese rubro como el tapatío  Abraham González Uyeda o el regiomontano Carlos Urzúa.