Pedro García Aguado

La Organización Mundial de la Salud define factores de riesgo, es decir, aquellas condiciones que deben, o pueden darse, en un individuo para que éste tenga actitudes de riesgo (consumo de sustancias psicoactivas, juego abusivo, etc.) y, por lo tanto, en algunos casos desarrollar adicción, todas aquellas circunstancias que rodean a una persona y siendo varias, entre ellas está la estructura familiar.

Comenta la OMS que una desestructuración familiar puede ser un factor de riesgo y que, por lo tanto, un factor de protección sería una buena estructura familiar.

¿Qué importancia tiene el entorno familiar en la prevención de adicciones?

Estadísticamente, por mi experiencia como experto en prevención y el tratamiento de la adicción, he acompañado en su proceso de recuperación a todo tipo de pacientes entre los que los había con buena estructura familiar y con familias desestructuradas, y podría decir que, en un cincuenta por ciento de cada tipo, por lo que quizá no sea tan determinante el hecho de que venir de una familia desestructurada favorezca en mayor medida el desarrollo de la adicción. Ahora bien, la importancia en la prevención de adicciones desde el ámbito familiar viene dada por la transmisión de un apego seguro, y del desarrollo de una resiliencia primaria en la infancia y la niñez. El acompañamiento amoroso y respetuoso con los tiempos del desarrollo, en esas franjas de edad, de cero a doce años, es uno de los factores de protección que más influyen para bien en la prevención de la adicción. Consiste en educar, desde la familia, emocionalmente a los hijos e hijas para que sean capaces de afrontar adversidades, resolver conflictos y relacionarse de forma saludable con sus iguales. Otro de los factores de protección sería el de hablar de adicción e informar a nuestros hijos de las dos grandes clasificaciones existentes en la actualidad: adicción por consumo de sustancias o adicción comportamental, denominada no química y cómo poder protegerse.

¿Las difíciles expectativas de futuro son un motivo de fomento de las adicciones?

En todas las épocas, desde que yo tengo uso de razón, las expectativas de futuro han conllevado dificultad, y debido a eso, a que son expectativas, y que a veces no están ceñidas a la realidad, deberíamos enseñar a nuestros jóvenes a pensar de forma diferente al respecto. Pero como es algo que se percibe, quizá la mejor manera de desmontar esta justificación de que, porque algo es difícil o complicado, es necesario evadirse para poder soportarlo, es la de ayudar a las personas a descubrir a temprana edad, por ejemplo en la adolescencia, en qué son buenos, qué habilidades tienen y desde ahí enfocarles hacia aquellas áreas de estudio o trabajo en las que puedan desarrollar todo su potencial, evitando así la frustración y que la mala gestión de la misma les pueda llevar a desarrollar la necesidad de evadirse, es decir de convertirse en personas adictas. 

¿Los programas de prevención actuales cómo los valora?

Desde mi punto de vista, y después de veinte años trabajando en el sector de la prevención y el tratamiento de la adicción, pienso que aún queda mucho por mejorar, ya que me sigo encontrando con las mismas creencias al respecto de lo que significa ser adicto y de las causas que lo provocan. Hasta que las campañas de prevención no incidan en el individuo como el centro del problema, hasta que no giren la cámara hacia la responsabilidad individual de cada ser y dejen de culpar a las actividades, eludiendo así la responsabilidad individual de cada persona, no se conseguirán avances en la prevención. Prohibir, demonizar actividades y sustancias sin educar en la gestión inteligente de las emociones, seguirá haciendo que personas de todo tipo quieran abusar de actividades o sustancias para, debido a su incapacidad emocional, calmar el dolor que les produce vivir en una sociedad cada vez más deshumanizada e inmadura y que reacciona violentamente ante la adversidad por no disponer de herramientas, ni individuales, ni colectivas para afrontar las dificultades del día a día. 

¿Qué grado de compromiso tienen las administraciones en el ámbito preventivo?

Existen los planes de prevención, las estrategias estatales contra las drogas, se emplean muchos recursos en la lucha contra el narcotráfico, pero no se enseña a vivir en una sociedad donde las drogas existen, donde el juego existe, donde la comida mega procesada y adictiva existe, donde las plataformas de entretenimiento existen, donde los videojuegos, redes sociales y demás apps con alto poder adictivo existen. Hasta que desde las administraciones no se haga un estudio real y efectivo de cuáles son los factores determinantes para que una persona desarrolle dependencia, seguiremos gastando recursos para no resolver nada. Me refiero a que, según algunos investigadores, existe un factor genético que determina en la mayoría de los casos que una persona sí desarrolle dependencia y otra no. A la misma exposición al agente adictivo, ya sea sustancia o actividad, hay personas se vuelven adictas y otras no. Si llegáramos a saber cuál es el gen determinante, podríamos anticiparnos y hacer una mejor prevención desde las administraciones, empleando los recursos hacia lo que realmente sería efectivo, concienciar a aquellas personas que, por su predisposición genética, no deberían ni consumir, ni realizar actividades susceptibles de desencadenar su adicción.

Usted colabora en Proyecto FES. ¿En qué consiste y cuáles son sus acciones más destacadas?

Las adicciones comportamentales  en menores es una cuestión que preocupa a gobiernos, administraciones y decisores públicos, a la comunidad educativa, a las familias y a la sociedad. Adicciones que con el avance de las nuevas tecnologías están tomando dimensiones preocupantes y que necesitan de una respuesta coordinada y eficaz que faciliten su prevención. Como respuesta a las anteriores evidencias ha nacido el Proyecto FES, que bajo los ejes de la Formación, la Educación y la Sensibilización, se concreta en una campaña de prevención de adicciones comportamentales en adolescentes que hará llegar a los centros de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, y a la red de padres y madres integrados en las AMPAS, las herramientas necesarias para fomentar que los jóvenes gestionen de manera saludable su tiempo libre, junto con las claves necesarias que fomenten un uso adecuado de las nuevas tecnologías, todo ello con el debido acompañamiento de padres y profesores. 

El Proyecto FES supone un valioso ejemplo de colaboración público privada, ya que ha sido impulsado desde la Plataforma para el Juego Sostenible, entidad formada por empresas de juego presencial que quieren colaborar en la prevención de los reales problemas de adicciones que afectan a los menores de edad, relacionados con los videojuegos, las redes sociales, internet, los móviles… y a recordar que los menores de edad tienen vetado el consumo de juegos de azar, y que los locales de juego cuentan con controles de acceso previo que impiden su entrada. 

El Proyecto FES cuenta con herramientas diseñadas por profesionales dedicados a la atención clínica de las adicciones comportamentales, que hacen de la prevención primaria (o intervención antes de que el problema aparezca) su principal objetivo. 

Bajo el slogan “no se trata de prohibir, se trata de educar”, el Proyecto FES aspira a informar y educar a toda la cadena implicada, desde evidencias científicas y no moralistas, con la puesta en marcha de charlas y talleres en los que se demuestre que la vía de la prevención y la educación es la única realmente eficaz para evitar conductas adictivas por parte de los adolescentes, que a la vez constaten que el Sector del Juego tiene un compromiso real con todo lo anterior, ya que fomenta y facilita su puesta en marcha, su promoción y su difusión. 

La campaña cuenta con mi colaboración como embajador y apoyo de las charlas para jóvenes y los talleres para padres; por mi dilatada experiencia ayudaré a la comunidad educativa al manejo y afianzamiento de los principales mensajes.