Salvador Illa

ERC ha registrado este miércoles una proposición de ley en el Parlament para revertir las rebajas fiscales que en su día se aprobaron para los promotores del casino del Hard Rock, el complejo de ocio que tiene previsto ubicarse en terrenos de Vila-seca y Salou. Así lo ha anunciado el líder republicano en la Cámara catalana, Josep Maria Jové, durante la sesión de control al Govern.

El objetivo fundamental de la norma es «suprimir los privilegios fiscales que la Cámara catalana» aprobó en 2014 para este proyecto y que permitía que el complejo de ocio solo pague un 10% de impuestos sobre los ingresos provenientes del juego. Unos impuestos que, antes de la reforma, estaban en el 55%. Para ERC aquella rebaja fue inapropiada porque lo único que perseguía era «aumentar las ganancias» de los promotores de un casino que los republicanos rechazan. «Es un macroproyecto que no se adecua a las necesidades del territorio e incompatible con la lucha contra el cambio climático«, sostienen.

Con esta ley ERC busca presionar al president de la Generalitat, Salvador Illa, para que cumpla con su palabra de que retirará las rebajas fiscales a Hard Rock. Jové lo ha resumido así: «Diez años después [de que el Parlament aprobara la rebaja fiscal], hoy tenemos la oportunidad de retirar la alfombra roja que la ‘sociovergencia’ desplegó para los casinos y revertir una rebaja fiscal que era y es inmoral«.

Una estocada para el proyecto

Lo que no dice la ley, pero todo el mundo sabe, es que dar marcha atrás a la rebaja fiscal pone en riesgo que el proyecto de Hard Rock llegue a hacerse algún día. Supone, de facto, una estocada a un complejo que siempre ha estado rodeado de incógnitas. Los promotores actuales, Hard Rock, hace años que no se pronuncian sobre el tema, pero los promotores anteriores admitieron en público en alguna ocasión que el proyecto solo era viable con los impuestos bajo mínimos.

Lo que planeta la ley de ERC, en concreto, es suprimir los artículos 11, 15, 17 y 18. Son artículos que no solo revertirían la rebaja fiscal, sino que anularían el permiso para que el casino ofrezca dinero a crédito a los clientes para apostar y también anularía una tributación a medida sobre la tasa turística. El president Illa ha abierto la puerta a que el PSC apoye la norma, pero aún no ha podido estudiar a fondo el texto de los republicanos.

Una posición cambiante

El movimiento de los republicanos es significativo no solo porque es una operación de presión hacia Illa, sino porque significa una autoenmienda a lo que ERC ha venido haciendo hasta la fecha. Es cierto que los republicanos, en 2014, votaron en contra de la rebaja fiscal al casino, pero después, cuando llegaron al Govern a partir de 2016, nunca se atrevieron a darle marcha atrás.

De hecho, Oriol Junqueras y Pere Aragonès, desde la conselleria de Economía, contribuyeron a que el complejo no decayera. Luego, cuando Aragonès llegó la presidencia, tampoco echó el freno al proyecto -aunque entonces ya admitía que le disgustaba- porque aseguraba que no podía frenarlo porque la Generalitat se exponía a una demanda de los promotores y a una multa de la justicia. La negativa de Aragonès a frenar la licencia fue uno de los motivos por los cuales los Comuns le tumbaron los presupuestos de 2024 y forzaron la repetición de las elecciones.

Fuentes de los republicanos alegan que ahora el «contexto es diferente» y que ha llegado el momento de intentar frenar el casino para siempre. Su argumento es que, como la rebaja fiscal se plantea desde el Parlament, que reúne la voluntad popular, se minimiza el riesgo de los promotores puedan presentar una demanda con garantías de éxito. El tiempo dirá si la ley prospera y, sobre todo, si los promotores presentan una batalla legal.

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