Según consignó Tiempo Argentino, Leon Black, el titular de Apollo Global Management y dueño de los famosos casinos Caesars, podría ver a su empresa caer por segunda vez, a sus casinos en la bancarrota en los próximos días.
El empresario deberá convencer a la Corte de Quiebras de Chicago, en Estados Unidos, de que su plan de reestructuración, que incluye la disolución de la unidad principal de los casinos famosos por sus peleas de boxeo, pero que permitirá salvar el resto de la empresa, es justo para los acreedores. El juez debe decidir si acepta un litigio de un conjunto de acreedores buitres, entre los que se encuentra Elliott Management, el fondo que asedia a la Argentina en Nueva York.
El grupo de acreedores presidido por Elliott, del magnate Paul Singer, tiene alrededor de U$S 11 mil millones en deuda de pago prioritario en default, que buscan cobrar de manera íntegra a partir del desguace de la empresa. El fondo Appaloosa, de David Tepper, también participa del litigio, teniendo en sus manos unos U$S 1000 millones de deuda de segunda prioridad. Según ellos, la estrategia propuesta por Apollo los perjudica, en tanto no les permite cobrar el 100% de sus obligaciones.
Según los abogados de Leon Black, los fondos llevaron el litigio por las deudas hasta la quiebra de la empresa con el objetivo de cobrar los Credit Default Swaps (CDS, seguros de default) de la empresa.
Pero luego, no se sintieron satisfechos con el ofrecimiento de Apollo. Mientras tanto, desde el Caesars buscan convencer al juez de que ha habido progreso en las negociaciones y que, por lo tanto, la demanda buitre es innecesaria. Para ello, se encuentra en diálogo permanente con un grupo de acreedores de U$S 5200 millones, conducido por un ex socio de Black, John Paulson, que se ha comprometido a apoyar la versión de la empresa.
El hecho de que, a poco más de seis meses de la primera bancarrota, otras unidades de la empresa podrían quebrar, muestra que la litigiosidad de los fondos buitre limita la posibilidad de una reestructuración sana que permita la sustentabilidad de la empresa. Mientras que Elliott se escuda en cuestiones del protocolo de la bancarrota supuestamente incumplido por Apollo busca simplemente una mejor paga, aún a costa del desmantelamiento de la empresa.
Una de las posibilidades es que Apollo ofrezca la convertibilidad de los bonos en acciones, por lo que los acreedores se convertirían en accionistas.
La conversión de deuda a equity es una posibilidad en las bancarrotas privadas en los Estados Unidos, que permite resolver el conflicto evitando daños. Sin embargo, eso significará entregar a los fondos buitre una parte significativa del control de la empresa.
Por otro lado, el objetivo de Apollo es convencer a la mayoría de los tenedores de deuda prioritaria, para garantizar una quita mayor a los bonistas de menor rango. De esta manera, podría llegar a un acuerdo y minimizar el daño de la reestructuración sobre la empresa.
No obstante ello, la necesidad de llegar a un acuerdo es una carrera contra el tiempo. Las obligaciones negociables valen U$S 0,279 por cada dólar prestado.
Un descuento del 70% del valor original es un gran incentivo para que más buitres entren en el negocio, y el litigio se vuelva más complicado.
Fuente: infonews.com