A falta de pocos días para que expire el plazo —30 de junio— para presentar ofertas para conseguir licencias de casinos en el Complejo Recreativo y Turístico (CRT) de Vila-seca y Salou, en Tarragona, su destino está en el aire.

Unos de los grandes finalistas del proyecto renacido del antiguo BCN World han caído de la puja: el grupo chino Melco y el estadounidense Hard Rock, que eran aliados en el concurso, por lo que la Generalitat se lo jugará todo a una carta: la opción de Peralada. Este grupo pujaría en alianza con el grupo malayo Genting, que siempre se ha mantenido en la sombra, pese a que es el que impulsaría el proyecto si Peralada lo gana.

Las ofertas definitivas deben llegar antes del 30 de junio, pero los repetidos retrasos en el complejo de turismo y ocio anunciado a bombo y platillo en septiembre de 2012 por la Generalitat y el empresario Enrique Bañuelos —que protagonizó la primera gran caída inmobiliaria de la crisis en España con Astroc y se desvinculó de BCN World en 2014— han hecho que Melco y su socio Hard Rock hayan buscado otras opciones y finalmente hayan desestimado el proyecto.

Hard Rock y Melco centran sus esfuerzos conjuntos en la fase final para adjudicarse la operación de un nuevo resort con casino en Chipre.

Hard Rock y Melco centran sus esfuerzos conjuntos en la fase final para adjudicarse la operación de un nuevo resort con casino en Chipre durante 30 años, la mitad con la exclusividad en el negocio del juego en el país. El complejo incluirá más de 500 habitaciones de hotel de lujo, 1.000 máquinas de juego y 100 mesas de juego, así como los derechos para construir un segundo casino, entre otras características.  Melco tiene también la mirada puesta en Japón y Corea del Sur, y hace tiempo que no habla de sus planes para Tarragona. Hard Rock también ha anunciado grandes inversiones en casinos en Estados Unidos y Canadá.

La única opción que le queda a la Generalitat es que el grupo catalán Peralada apueste por el proyecto heredero de BCN World, aunque ya cuenta con un casino en la ciudad de Tarragona y al inicio del proyecto se sintió ignorado, ya que los impulsores contactaron con los grandes inversores internacionales, pero no con los locales.

Desde la patronal catalana del juego, Patrojoc, consideran que en el inicio del proyecto las inversiones requeridas eran muy elevadas por las dimensiones previstas —hasta seis casinos–, por lo que solo estaban «al alcance de grandes inversores», mientras que, al redimensionarse con los cambios introducidos por la Generalitat en el último año, los grupos nacionales podrían estar interesados.

Parece que los inversores internacionales no han sido tan pacientes como la patronal española del sector, Cejuego, que explica que los proyectos singulares que conllevan elevadas inversiones son «de un elevada complejidad y con implantación gradual y escalonada, por lo que es natural que se alarguen en el tiempo».

El conseller de Empresa de la Generalitat, Jordi Baiget, se ha mostrado confiado: «Que los finalistas no digan nada quiere decir que están trabajando. Nos pidieron más tiempo para presentar sus ofertas y nosotros estamos trabajando sobre las previsiones y creemos que cuando se acabe el plazo para presentar ofertas, habrá ofertas, y por tanto el proyecto continuará».

El Govern no tiene prisa y ya ha anunciado que tras la presentación de ofertas del 30 de junio se tomará un periodo de hasta 45 días hábiles para estudiar la documentación y tomar una decisión sobre el adjudicatario, que podrá invertir hasta 2.500 millones.

Fuente: eleconomista.es