En su antología de prosa y poesía llamada La compañía literaria para apostar, la escritora irlandesa Annabel Davis-Goff atinó en decir que cuando un jugador recoge una baraja o un par de dados siente como si hubiese reducido un mundo incontrolable a un tamaño finito, visible y comprensible.
Algunos de los tres millones de visitantes de casinos que registró 2017 en México experimentaron esa cuna lírica que hizo Goff. Actualmente la industria que ha cautivado a un sinfín de personas a través de los juegos de azar tiene 33 permisionarios regulados por la Secretaría de Gobernación (Segob) y está valuada en alrededor de 10 mil millones de dólares, brindando empleo a 190 mil personas (40 mil directas y 150 mil indirectas), según lo afirmó Miguel Ángel Ochoa, representante de la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuesta en México (AIEJA) —una de las tres asociaciones que se desempeñan en la industria de los casinos en México—.
“El casino nunca pierde”, reza una vieja frase. Basta con corroborar las cifras que arrojan las estadísticas para comprobarlo, ya que entre los grandes ganadores que lideran la industria de los casinos en el país se encuentran Grupo Caliente y Codere, ambos miembros de la Asociación de Permisionarios y Proveedores de Juegos y Sorteos (APJSAC) a cargo de Alfonso Pérez Lizaur. La tercera integrante que participa en esta industria —al menos en elpaís— es la Asociación de Fabricantes de Equipos de Juego de Azar, que lleva Carlos Carrión.
Cuando un par de dados está en el aire y pareciera que el tiempo se detiene ante las miradas expectativas, los integrantes de esta industria externan un reto fundamental: las exageradas cargas fiscales que se le cobra a los empresarios del gremio. “Existe un impuesto de 30 por ciento del IEPS (un impuesto especial) y de 2 por ciento de aprovechamiento por uso de permiso que cobra la Segob. Además, el gobierno mexicano ha empezado a implementar diversos impuestos, entre ellos, el 10 por ciento sobre el consumo en Nuevo León, Edomex y Yucatán”, externó Miguel Ángel Ochoa.
En lo que atañe a los impuestos extra que se les cobra a los empresarios, Ochoa lo considera “arbitrario e inconstitucional”, ya que es un caso atípico porque no sucede en cualquier otra parte del mundo, por lo que el gremio exige una modificación leal a nivel de coordinación fiscal.
En todo el sector de juegos (ferias municipales y estatales, carreras de caballos, peleas de gallos, lotería nacional, pronóstico deportivo, etc.) solo a la Federación se le pagan 5 mil millones de pesos al año, cifra que sube anualmente. Asimismo aumenta la cifra que se le paga a municipios, que aproximadamente es de 6 mil millones de pesos al año. En total, la industria desembolsa un aproximado de 3 mil 700 millones de pesos en impuestos y aprovechamientos, según cifras proporcionadas por la AIEJA.
Un caso atípico
Para corroborar lo atípico que es el tema fiscal en México, Ochoa afirmó que los números de la industria se han mantenido estáticos en los últimos tres años. Pese a esto, México ocupa el tercer lugar en el desarrollo de casinos en toda América Latina, por debajo de Argentina y Chile.
Según cifras de 2015 de PWC, la industria de Argentina reportó ingresos anuales por 3 mil 501 millones de dólares; Chile, después de aumentar en 2009 hasta 10.2 por ciento su número de casinos, tuvo en 2015 ingresos por 765 millones de dólares. Por su parte, México género 743 millones.
Según cifras de marzo de 2017 proporcionadas por Segob, en México había 319 salas abiertas, de las cuales 90 pertenecían al grupo español Codere, que en 2016 tuvo ingresos por mil 870 millones de dólares a escala global. Actualmente, de los 325 casinos abiertos —con permiso publicado por la Segob— en el país, grupo Caliente es el mayor propietario con 37 (la mayoría en Baja California, donde se concentra el mayor número de salas abiertas).
A pesar de que el gremio representa un porcentaje mínimo de contribución al Producto Interno Bruto, ya que no llega ni al 1 por ciento, el panorama podría cambiar considerablemente si se tuviera la legislación necesaria, explicó Ochoa.
Desde su punto de vista, la ley que rige la industria es obsoleta en muchas ramas, ya que fue publicada el 31 de diciembre de 1947. Asimismo, señaló que lo que vino a darle un poco de vida a la norma fue la modificación al reglamento que se dio en septiembre de 2004 —que actualmente está sobre la mesa en el Senado—. “Dicha modificación sí contempla cosas mucho más modernas que, de hecho, le dieron vida a la industria”.
Cuando se le cuestionó a Ochoa sobre los posibles casos de lavado de dinero en la industria, el representante negó categóricamente y enfatizó que para que la industria pueda despuntar se necesita la legislación moderna, entre uno de esos aspectos destaca la revisión de dónde viene el dinero y a dónde va, de tal manera que se pueda generar mucho más dinero a la economía nacional solo con la autorización de las salas que aún están pendientes.
Como ejemplo, dijo que existen 690 salas planeadas para abril, de las cuales ya se han abierto 321 —que están autorizadas—, aún faltan 369 salas por abrir. “Si esa mitad se autorizara habría mayores empleos e ingresos. Para lograr dicho fin, no se tiene que modificar nada, simplemente se necesita la autorización”, afirmó.
Internacionalización
“Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas”, es la frase que gritan en películas de Hollywood antes de iniciar una gran celebración en dicha ciudad de Nevada. Pero la verdad sea dicha, Las Vegas se quedan con mucho más que el escenario de anécdotas incontables, ya que en 2015 generó ingresos por 12 mil 955 millones de dólares derivados de la industria de los casinos.
Aunque los ingresos de Nevada son importantes, Estados Unidos es el segundo mercado más grande del mundo con ingresos por 73 mil 320 millones de dólares; el primero es Asia-Pacífico, con 79 mil 266 millones de dólares.
Derivado de la reciente edición del Gaming 2018 (evento que reúne a proveedores, operadores y reguladores de la industria del juego y entretenimiento de más de 150 países) que tuvo sede en Londres, el representante de la AIEJA sostuvo que hay interés por invertir en la industria mexicana —específicamente por parte de inversionistas pertenecientes al mercado mexicano y asiático—; sin embargo, la falta de legislación en la materia frena el potencial que podría ser una verdadera joya para el país.
Según cifras de la AIEJA, la industria generó visitas anuales de hasta 3 millones de personas con un gasto promedio de 150 a 300 pesos per cápita, diarios. La estadía promedio en los casinos es de 3 a 4 horas diarias, lo que genera una ganancia promedio de 250 a 300 mil pesos diarios.
“Dos de cada tres personas que frecuentan los casinos tienen más de 45 años y dos de cada tres suelen ser mujeres. La población de la tercera edad, que es un sector importante para nosotros, prefiere ir a un casino que a un café o a un cine, ya que ofrecemos diferentes actividades de esparcimiento, entre los que se encuentran teatro, baile y canto, entre otros”, relató.
Para 2018, la industria de los casinos prevé aumentar de 10 a 15 por ciento y sigue a la espera de la completa aprobación de la modificación a la ley que actualmente los regula.
La aprobación de dicha ley traería varios beneficios a la industria, por un lado tener mayor presencia jurídica en las inversiones ya que contempla todos los tipos de juego (máquinas, de mesa, bingo —juego cantado que es el predilecto por el sector de la tercera edad— y apuestas deportivas). “También regula la ubicación de los casinos en el país y a qué distancia deben de estar de escuelas, hospitales o iglesias; aumenta la mayoría de edad para acceder a los casinos hasta los 21 —esto para prevenir las inclinaciones de adicción al juego—. Asismimo, contempla cómo se otorgan los permisos en la cuestión de las salas que se estén operando dentro de un casino”, finalizó.
Fuente: milenio.com