Bingo Canoe Codere
Bingo Canoe
, uno de los bingos de Madrid

Los 44 bingos madrileños atraviesan una situación crítica en la región. Los establecimientos han visto reducida su actividad debido a la caída de clientes desde que abrieron el pasado mes de junio.

La recaudación ha bajado un 60% y las perspectivas de futuro no son nada positivas, debido a que los asistentes principales son los mayores de 60 años de edad, colectivos especialmente afectados por la pandemia del coronavirus. Si la situación no mejora los empresarios vaticinan que podrían cerrar gran parte de las salas que dan trabajo en total a 1.800 personas de forma directa y a otras 1.500 de manera indirecta, según ASEJU (Asociación de Empresarios del Juego).

La patronal del sector asegura que la edad media de los clientes habituales de los bingos es de 60 años. «La nueva normalidad para el sector del bingo en la Comunidad de Madrid tardará más en llegar, lo que supone un riesgo notable para la perduración del sector y un riesgo muy alto de pérdida de empleo«, señala desde la patronal subrayando que el bingo ha sido reconocido por la FEJAR (Federación de Jugadores Rehabilitados) como uno de los juegos que menor ludopatía genera.

Salvar a las empresas

Debido al negro panorama que divisa el negocio la patronal pide a la Comunidad de Madrid ayuda para su «supervivencia». «Ningún partido político de la Asamblea de Madrid considera a los bingos culpables de ninguna alarma social. Sin embargo, la Comunidad de Madrid a pesar de nuestras propuestas aún no ha adoptado las decisiones necesarias para salvar a las empresas y a los trabajadores de este subsector«, señala Jose Luis Merino, secretario general de ASEJU.

También destacan que el sector del bingo en la Comunidad de Madrid «ha mantenido sus precios competitivos y descuentos a pesar de la situación crítica que vive y recuerdan que el gasto medio de los clientes en las salas es de 22 euros». Y resaltan que han mantenido en su convenio colectivo sectorial una cláusula de mantenimiento del nivel de empleo.Los bingos madrileños aseguran que han hecho un gran esfuerzo para adaptar sus establecimientos a las medidas de higiene y seguridad. Entre las acciones puestas en marcha destaca la obligatoriedad de la distancia de seguridad de 1.5 metros en todas las salas, la exigencia del uso de mascarillas dentro de las salas y geles hidroalcohólicos disponibles para toda la clientela.

Además, ha sido necesario intensificar la limpieza constante del interior de las salas, la desinfección de todo el material utilizado durante el juego y la ventilación periódica de las instalaciones. También ha sido necesaria aumentar la separación entre las máquinas de juego y poner mamparas, en otras ocasiones, con el objetivo de cumplir la distancia social. Además, muchos de los establecimientos que han adaptado sus locales han colocado un cartel de Free-Covid en sus servicios de admisión.<

Por último, también recalcan que el pasado 14 de abril un conjunto de asociaciones empresariales del sector integradas en CEIM (AEJOMA, AMADER, ASEJU y OMEGA) así como la patronal de máquinas recreativas se coordinaron para realizar una donación conjunta en favor de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Todas ellas engloban a los subsectores de la industria: bingos, salones de Juegos y máquinas recreativas en hostelería.

Los empresarios eligieron destinar los fondos a la adquisición de material de protección del personal sanitario. «Aunque el futuro económico de las empresas y sus trabajadores es incierto, lo prioritario durante la pandemia ha sido ayudar a los que se esfuerzan por salvar vidas. Muchas empresas de bingos de la Comunidad de Madrid han realizado también distintas acciones de solidaridad y ayuda a colectivos desfavorecidos por la pandemia», inciden los empresarios del juego. Desde la patronal se subraya que el bingo «es un juego mayoritariamente social y familiar, dónde se suele disfrutar en grupo o en compañía, las propias características fundamentales de las salas entran en contradicción con la nueva normalidad, donde impera la distancia social, lo que supone un riesgo añadido para el sector.

Los clientes suelen disfrutar del ocio que ofrece este juego en celebraciones familiares o eventos señalados como cumpleaños o reuniones de amigos, la distancia social pone en riesgo un sector donde lo más importante no es el premio, sino pasar un buen rato en compañía de los tuyos», explican desde ASEJU.

También destacan que el bingo «ofrece beneficios saludables, promueve habilidades logísticas, activa las células cerebrales y es una herramienta terapéutica ampliamente utilizada en el campo de la geriatría y recomendado especialmente para personas mayores». Según una encuesta elaborada por GAD3, el 56% de los españoles considera que el bingo forma parte de la cultura española y sólo el 9,2 % estaba de acuerdo en que se redujera el número de bingos.

Fuente: El Mundo