El crecimiento del juego ‘online’ y la flexibilidad en cuanto a bonos gratuitos y premios que tiene, frente al juego tradicional, alarma a las asociaciones contra las adicciones y al empresariado nacional.

Los nombres de las empresas de juego online han acontecido como algo familiar para el gran público a través del patrocinio de equipos deportivos, anuncios con personajes públicos de renombre a cualquier hora a través de cualquier plataforma, o incluso, en la incursión en vivo en un programa deportivo donde la apuesta se torna como un elemento más del juego . Grandes empresas de juego han llegado a ser los patrocinadores principales de los equipos como el Real Madrid o el Milán, lo que evidencia la rentabilidad del negocio. La regulación de este sector ha supuesto un terremoto, tanto para el empresariado que ya vivía del juego presencial como para las asociaciones que tenían controlados los perfiles de posibles ludópatas, que han visto como todo el escenario que conocían ha cambiado repentinamente.

El juego presencial sigue siendo mayoritario, ya que significa el 80 por ciento del volumen de cantidades jugadas en España. Este engloba lotería nacional, quinielas, máquinas de apuestas, máquinas tragaperras, bingo tradicional y electrónico, Once y casinos, pero ha ido en descenso durante los últimos años. El último registro es de 2013, cuando movió 22.469,75 millones de euros -un 9,5 por ciento menos que en 2011-, a diferencia del juego online, que ha crecido un 58,5 por ciento en tan solo dos años. Si en 2012 las cantidades jugadas eran 2.727 millones, en 2014 se jugaron más de 6.546 millones, según datos de la Dirección General de Ordenación del Juego .

Aunque el juego tradicional, como las máquinas tragaperras, casino o póquer -físico-, lleva regularizado en España desde 1977 y sus efectos estaban plenamente asentados, controlados e incluso clasificados, ahora la penetración del juego online y la carta libre que tienen para ofrecer suculentos premios millonarios ha hecho saltar todas las alarmas entre las asociaciones que luchan contra las adicciones y al sector empresarial del juego presencial que ven como gigantes internacionales tienen privilegios en oferta y visibilidad con los que ellos nunca habían contado y, sobre todo, aupados y con el beneplácito del Gobierno. Un factor decisivo a la hora de poder competir en este mercado.

El juego en Internet también está regularizado en España desde el año 2011 -necesidad de aportar avales, tributación fiscal entre otras medidas-, lo que ha comportado un retorno considerable en retribuciones ya que este sector vivía en la alegalidad, pero no ha sido todo lo rentable que se esperaba por parte de las altas instancias gubernamentales, por lo que a finales del pasado año se pasó a regularizar también la licencia de slots en este tipo de juego .

Carta libre del Gobierno al juego online
Los slots que se han regularizado recientemente son lo que vendrían a ser máquinas tragaperras virtuales. La intención del Gobierno es dinamizar la oferta de un sector que ya era maduro de por sí -pese a no estar regulado como tal- y, sobre todo, aumentar la recaudación, ya que no ha evolucionado tanto como se preveía desde un principio.

Estas máquinas tragaperras virtuales tienen una serie de peligros añadidos en comparación a las tradicionales físicas pues ofrecen premios mucho más suculentos, según apuntan diversas asociaciones de adicciones. La diferencia principal entre los premios que ofrece el juego online en este caso es más que cuantioso: si el sector tradicional está fuertemente regulado en cuestiones de imagen, comunicación y premios, el virtual no. Prueba de ello son los numerosos spots publicitarios que tienen en horarios de máxima audiencia y de protección infantil.

Si en un bar el premio máximo de una tragaperras es de 500 euros, en el slot el bote no tiene límite con lo que se han llegado a publicitar cifras astronómicas de hasta 14 millones de euros. Las máquinas tragaperras son consideradas juegos de ocio, donde el afán de enriquecerse es mínimo ante la regulación de los premios. Pero si en vez de esta cifra o se ofrecen millones de euros, el deseo de poder solucionarse la vida o la fantasía de recuperación irrumpe como un elemento más que peligroso en un momento de coyuntura económica negativo, donde se puede vislumbrar el juego como una vía fácil de ganar dinero.

‘Slots’ y bonos gratuitos, el cebo más peligroso
Otra de las puntas de lanza del juego online que se incluye dentro de sus agresivas campañas de publicidad y comunicación son los bonos gratuitos para empezar a jugar, algo terminantemente prohibido para el sector tradicional. En la regularización de la licencia de slots también se ha incluido la legalización de slots gratuitos o bonos de regalo, es decir, poder jugar sólo mediante un registro en la web y sin necesidad de hacer un depósito. Las asociaciones explican que estos bonos son la mayor amenaza que existe porque «así se empieza». De hecho, estas aseguran que todas sus sedes tienen «pacientes que empezaron con pruebas gratuitas cuando eran menores, puesto que tan solo les hacía falta un registro, y cuando fueron mayores de edad empezaron a jugar dinero, incluso algunos siendo menores jugaban con la tarjeta del padre». Tan sólo cuatro países en Europa tienen licencia de slots online, entre los que se encuentran España e Inglaterra.

Así, se muestran como armas de doble filo, tanto en su modo de operar de forma gratuita -no hay apuesta, no hay delito- que atrapa al jugador como con bonos de regalo que tientan con premios millonarios. La gran pregunta es la rentabilidad de dar tanto dinero gratis, lo que parece evidente con el aumento de facturación de estas: de 2,6 millones en diciembre de 2014 a más de cuatro millones durante el pasado marzo.

El sector del juego presencial, que son en su mayoría empresas nacionales que ahora también tienen que competir con las multinacionales del juego en internet, advierten que esta regularización puede comportar una proliferación de terminales físicas de estos slots en lugares públicos. En el caso de los bares, el premio estaría igualmente regulado y limitado. El problema, según apuntan fuentes del sector, es que estas máquinas físicas con juego virtual no dejarían de ser un cebo o una plataforma publicitaria para que el cliente empiece en esa terminal física finalmente acabe en la web.

Las asociaciones que luchan contra las adicciones, como la ludopatía, critican de forma severa esta regularización de las máquinas tragaperras en Internet como una clara apuesta del Gobierno por el juego online en detrimento del físico, mucho más controlado y regulado.

Alarma en las asociaciones: un 30% más de ludópatas
El presidente de la Asociación Catalana de Adicciones Sociales (Acencas), Francesc Perendreu, alerta que desde hace tres años han detectado un gran aumento de usuarios con un perfil determinado que antes no tenían. Si hasta ahora los afectados eran mayoritariamente hombres de edad avanzada, los neoludópatas del juego en Internet tienen un perfil mucho más joven y cuentan con una formación superior, mayoritariamente universitarios. Por lo que no ha habido un trasvase de jugadores del físico al online, sino que un sector de la población que antes no estaba expuesto ni amenazado por esta adicción ha quedado a la intemperie de la desregulación del juego virtual.

En los últimos dos años la proporción de afectados por segmentos -por juego presencial, bingo y casino, entre otros- ha dado un vuelco más que preocupante. Hasta 2012, de cada diez afectados por adicción al juego , siete eran por máquinas presenciales y tres por bingo y casino, ahora la proporción ha cambiado impulsada por un aumento de ludópatas. Actualmente, de cada 10 afectados, cinco son por máquinas presenciales, dos por bingo y casino y tres por el juego online, lo que supone un aumento del 30 por ciento de la ludopatía en la red. Perendreu asegura el juego virtual crea adicción de forma mucho más rápida, ya que si en las máquinas físicas normalmente se desarrolla esta patología en cinco años, «el juego virtual tan solo necesita dos para atrapar al cliente». Aunque no es un problema muy extendido, sí es preocupante, sobre todo si asciende tan rápido. Por ahora según Acencas hay un 0,8 por ciento de la población española con problemas de adicción con el juego y un 1,4 por ciento de afectados que son jugadores patológicos. La cifra total de afectados que estiman a nivel España es de 150.000 personas.

El cambio que supone la irrupción de la tecnología es la percepción de ser algo inocuo, de hecho la visión negativa que tenía la máquina tragaperras tradicional ha ido dejando paso a una mayor indiferencia por parte de los usuarios. A opinión de las asociaciones, a día de hoy esta modalidad tradicional languidece sin solución. La relación entre ocio y nuevas tecnologías provoca que el ocio «se traslade a fórmulas itinerantes -en cualquier ubicación y en cualquier momento a través de un ordenador o un móvil- y se suma al envejecimiento de una clientela fiel, pero cada vez más escasa». Por lo que la sociedad lo ve como un juego de personas mayores, aburrido, demasiado silencioso y sin posibilidad de poder interactuar. La conclusión a la que llegan las asociaciones de afectados es que hace falta algo más, el azar sólo ya no vende.

La razón: una posible salida a bolsa de Loterías
La explicación para que el Gobierno legalizara estas slots que tienen a todo el sector nacional en contra y que cuando se llevó al Congreso de los Diputados tuvo la ferviente oposición de todos los demás partidos podría tener diversas explicaciones. Fuentes asociativas y del sector del juego sospechan que lobbys del juego y grandes multinacionales presionaron al Gobierno para conseguir esta licencia que les comporta una captación de bolsa de jugadores muy elevada. Por otra parte, también existe la hipótesis de que en una supuesta privatización de Loterías y Apuestas del Estado y la posterior cotización en Bolsa, esto no sería lo suficientemente atractivo para los inversores, contando como gran reclamo las loterías tradicionales.

Las incongruencias y diferencias entre el online y el presencial son muchas pese a tratarse de un mismo sector y potencial problema. La propia Ley da una ventaja competitiva al juego en Internet frente al tradicional en factores tan decisivos, como la comunicación o la publicidad. En cuanto a tributación también hay diferencias. Para ilustrar la situación, los bingos tributan al 50 por ciento de su facturación neta -lo ingresado menos los premios-, este porcentaje se rebaja al 25 por ciento en el caso del juego online.

En este escenario, las empresas de juego presencial han tenido que aplicarse lo de adaptarse o morir y tramitar también estas licencias de slots en su parte online, a lo que las asociaciones temen que la salud pública quede en manos de multinacionales y lobbys para las que España es tan solo una subdivisión de su negocio en Europa del Este.

Fuente: eleconomista.es