«El Cañada», un delincuente conocido en el mundo policial por ser un alunicero bastante activo, era el líder de un grupo criminal formado por cuatro individuos de nacionalidad española que llevaban meses saqueando administraciones de lotería, entidades bancarias y comercios de toda la región (se les atribuye al comisión de hasta medio centenar de establecimientos).

La operación, desgranada ayer por la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa y el comandante jefe Julio César Martín, ha sido desarrollada por el Grupo de Delincuencia Organizada de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid. La «operación Horch» comenzó el pasado 17 de diciembre tras el robo de 64.000 euros en una administración de lotería de Colmenar y 300.000 euros en décimos.

Los décimos generaron en la organización un beneficio extra de nada menos que 45.000 euros ya que muchos números fueron premiados y los cobraron en una administración de Parla enviando a esta misión a dos toxicómanos, según explicaron los responsables de la investigación. Cuando se produjo este robo, apenas quedaban unos días para el sorteo del Gordo de la Lotería, celebrado el 22 de diciembre, y los loteros se convirtieron en el blanco preferido de estos delincuentes. Unos días antes, la madrugada del día 7, habían hecho una ruta por administraciones de San Agustín de Guadalix y San Martín de la Vega.

Esa noche también atracaron otra en el distrito de Barajas pero, al parecer, se trata de otra banda porque en principio no se les atribuye a los detenidos. Al analizar todos los hechos denunciados, vieron diferentes indicios coincidentes en todos los robos, que les llevaron a identificar a cuatro hombres, entre los que se encontraba el líder, conocido como «El Cañada», un destacado alunicero que, dentro de las labores que cada uno tenía encomendadas, él se encargaba de la conducción (temeraria si veían a la Policía).

Para desplazarse y perpetrar su robos, se hacían con coches de alta gama. Los agentes han comprobado que el grupo ha robado nada menos que 40 vehículos Audi y BMW. Actuaban de madrugada, seleccionando los lugares: no dejaban nada al azar. Pero no sólo iba a por lotería porque también les imputan robos en ópticas, tiendas de telefonía móvil, y comercios hosteleros.

Las entidades bancarias sí eran objetivos permanentes. Eran especialistas en llevarse recicladores de cajeros de efectivos. Utilizaban un cabrestrante que anclaban en una parte al cajero y al gancho del coche, consiguiendo arrancarlo de cuajo. Después abrían los cajeros y se llevaban los cajetines con el dinero. Todo en menos de cinco minutos. Tres de los cuatro detenidos (de entre 25 y 33 años) están en prisión.

Fuentelarazon.es