El sector del juego está empezando a salir de la crisis y se encuentra ante una transformación necesaria y en pleno debate sobre su desarrollo futuro. En el marco del Congreso de Salones de Juego ANESAR, celebrado en IFEMA con la participación de Codere Apuestas, profesionales del sector han denunciado que, a pesar del gran esfuerzo realizado en renovación de producto y reconversión de la oferta, tanto la legislación fiscal como la normativa técnica, han creado una realidad laberíntica que frena el potencial desarrollo de la industria.
“Tenemos un problema muy severo, porque la regulación es muy limitativa de las posibilidades de desarrollo del sector. Teniendo una regulación adecuada, liberalizándola, podríamos adecuar los juegos a la demanda. Las regulaciones lo tratan como un sector especial e impiden que puedan hacerse muchas de las cosas que deberían hacerse. Ahora, ante un ciclo que empieza a no estar tan mal y frente a esta regulación rígida, que pone difícil el cambio, corremos el riesgo de caer en el estatismo”, explicó durante esta jornada Sebastián Salat, Miembro del Consejo de Administración del Grupo Vid.
En este mismo sentido se expresó Isabel Aguilera, Consejera independiente de EGASA. “Todos los sectores están en transformación, así que celebremos la normalidad en la industria del juego, que también lo está. Pero necesitamos para ello una buena regulación, que nos permita hacer marketing con todas las técnicas que existen en la actualidad, no de cuchicheo. Tenemos que conocer íntimamente al cliente, cuanto más, mejor. Debemos tener una base de datos, monitorizar tendencias para abastecerlas antes siquiera de que el cliente sea consciente de ellas y ofrecer un buen servicio y producto, para producir experiencias memorables. Los clientes exigen seguridad y excelencia, pero al mismo tiempo, no aburrirse. Hay que vender el sector como algo atractivo que requiere un cambio fresco”, apuntó.
Los asistentes recordaron la necesidad de avanzar hacia una convergencia del juego presencial con el online en el terreno impositivo, promocional y tecnológico. “Una convergencia que deberá incluir un componente social, que nos permita generar interés entre quienes aún no tienen preferencia por el juego y promocionar nuestras marcas. En este sentido, es más sencillo crear experiencias memorables mediante el juego presencial, porque sólo las personas pueden hacer felices a las personas; algo difícil de emular en el juego online. Los juegos tienen que conectar cultural y emocionalmente con los clientes”, añadió Juan José Zornoza, Consejero de Codere y catedrático en la Universidad Carlos III.
En 2014 se arriesgaron en juegos presenciales 24.026 millones de euros, lo que supone un 2,5% del PIB. Estos datos se traducen en una estabilización del empleo en el juego, que después de casi una década de destrucción, sobre todo en el sector privado, sostiene 40.634 puestos de trabajo en 2014, tal como revela el Anuario del Juego en España publicado por la Fundación Codere.
De 7.939,2 millones de euros de margen (cantidades jugadas menos premios repartidos), el sector destina una elevada proporción al pago de impuestos. Sólo en 2014, las Administraciones recaudaron 1.693 millones de euros en impuestos específicos sobre el juego, 1.082 millones de euros en impuestos autonómicos y se aportaron 220 millones de euros en cotizaciones sociales.
“Es por eso que sorprenden algunos claroscuros, como la percepción social negativa, cuando se trata de una industria capaz generar riqueza, ofrecer ocio y atraer turismo”, explica José Antonio Gómez Yánez, Director del Anuario de la Fundación Codere.
La prevalencia del juego problemático en España es muy reducida y alcanza sólo a un 0,1 por ciento de la población, por lo que se puede estimar que el número de personas afectadas por niveles de implicación en el juego que se pueden considerar problemáticos está alrededor de las 30.000, según el VI Informe “Percepción social sobre el juego de azar en España 2015” publicado por la Fundación Codere.
“Es cierto que hay adicciones, pero también se dan con el vino o la gastronomía y sin embargo se hace de ellos Marca España”, explicó en este sentido Isabel Aguilera. En su opinión, “la innovación más sostenible es la del modelo de negocio, no la de ninguna máquina. El sector tiene mucho conocimiento de sí mismo, experiencia y recursos. La única incógnita es si tiene ganas, porque para innovar, hacen falta ganas de salir de la zona de confort. El trabajo en equipo, la colaboración, el asociacionismo y el tener conciencia de tu propio ecosistema, son las claves de este cambio”, concluyó.