La propuesta que prevé la legalización de los juegos de azar y la reapertura de los casinos en el país está lista para ser analizada en Pleno de la Camara, pero sigue habiendo opiniones distintas entre los senadores. La ley PLS 186/2014, del senador Ciro Nogueira (PP-PI), autorizará operar «juegos de azar», online o presenciales, en todo el territorio nacional.

Para el sustituto del senador licendiado Benedicto de Lira (PP-AL), la propuesta de regulación contempla el “jogo do bicho”, videobingo y videojuego, bingos, casinos en complejos integrados de ocio, apuestas deportivas y no deportivas y casinos online. La autorización de explotación del juego de bingo y videobingo tendrá un plazo de 20 años, renovable por igual período, y será de responsabilidad de los estados. El de los casinos tendrá una validez de 30 años, pudiendo ser renovado por sucesivos períodos.

Después del envío del texto al Pleno, tras recibir el rechazo en la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía (CCJ), en marzo de este año, se presentaron dos requerimientos que necesitan ser votados antes de que los senadores analicen el proyecto.

El primero (RQS 149/2018), del senador Fernando Bezerra Coelho (MDB-PE), solicita la tramitación en conjunto de otro proyecto (PLS 595/2015), que prevé la promoción del ecoturismo en unidades de conservación a través de la gestión conjunta con los hoteles-casino, y crea la Contribución de Intervención en el dominio económico incidente sobre la operación de hoteles-casino. La materia estaba en la Comisión de Asuntos Económicos (CAE), bajo la presentación del propio Bezerra

En la segunda solicitud ( RQS 150/2018 ), del senador Wellington Fagundes (PR-MT), se solicita al PLS 186/2014 que se remita, para su análisis, a la Comisión de Desarrollo Regional y el Comité de Turismo (CDR).

La propuesta de legalizar los juegos de azar había sido aprobada el año pasado por la Comisión Especial de Desarrollo Nacional (CEDN), que podía decidir de forma definitiva. Pero hubo una solicitud para que fuera votada antes en la CCJ, donde la mayoría de los senadores la rechazó, siguiendo las posiciones de los senadores Magno Malta (PR-ES) y Randolfe Rodrigues (Red-AP), que presentaron votos por separado por el rechazo.

Randolfe afirmó entonces que el proyecto era muy permisivo, amplio y carente de cualquier mecanismo de control más efectivo del Estado, cuya ausencia podría acarrear el uso de la práctica de los juegos de azar para el lavado de dinero, evasión de impuestos y evasión de ingresos.

«Su aprobación liberará la explotación de los juegos de azar sin que ninguna autoridad gubernamental controle esa actividad, fomentando así prácticas criminales«, comentó.

El senador argumentó que la legalización de los juegos tendría «nefasto» impacto psíquico y sociofamiliar sobre el jugador compulsivo y no produciría aumento de ingresos tributarios ni fomentaría el turismo en Brasil, como alegan los defensores del proyecto.

En la misma línea, el senador Magno Malta (PR-ES) se mostró que «no hay motivos ni argumentos que demuestren que legalizar la explotación de los juegos de azar en Brasil es una decisión acertada. El proyecto vende la imagen falsa de ‘salvación de la economía’, con la alegación de que legalizar va a crear empleos y llevar a las arcas públicas cerca de R $ 15 mil millones de impuestos más, al año. Este número es ficticio, irreal «.

Clandestinidad

En respuesta, Benedicto de Lira sostuvo que establecer un marco regulatorio para los juegos ayudaría a enfrentar los problemas que ya existen en la clandestinidad:

  • Es justamente la legalización de los juegos de fortuna que acabará con los juegos clandestinos. Hacer transparente esa actividad en mucho ayudará en el combate al lavado de dinero. La legalización también permitirá atender a los adictos en juegos que en la clandestinidad de hoy no tienen salida alguna. Si llega hoy en Sao Paulo usted encontrará muchas casas de bingo llenas. El lavado de dinero existe hoy porque todo se hace a escondidas”.

Ciro Nogueira argumentó que el objetivo del proyecto es garantizar más dinero a las arcas públicas, además de generar miles de empleos. Afirmó además que existe una «cortina de humo», como si el juego ya no fuera una realidad:

  • Brasil hoy es uno de los países en que más se juega en el mundo. El mercado clandestino mueve unos 20.000 millones de dólares al año”.

Fuente: https://www12.senado.leg.br/