María Jesús Montero, ministra de Hacienda

El ente centrará su lupa en deportistas que apuesten en sus competiciones después de que la Dirección de Juego recibiese 62 alertas por amaño de partidos en 2018

La orden ministerial que pone en marcha la nueva Comisión Nacional para combatir la manipulación de las competiciones deportivas y el fraude en las apuestas entró en vigor ayer. Aunque el calendario hace prever a sus impulsores que su primer Pleno, en el que se fijarán las principales líneas de actuación estratégica, no se celebrará hasta pasado el verano, fuentes de la Dirección General de la Ordenación del Juego avanzan que uno de los focos de vigilancia estará en impedir que los deportistas apuesten en las competiciones en que participan. A partir de ahí, detallan, se prestará especial atención al fútbol y al tenis, los deportes que mayor número de alertas por posible manipulación generan.

Para llevar a cabo esta supervisión, los impulsores de la comisión trabajan ya para recabar la adhesión a un convenio de colaboración del mayor número posible de federaciones deportivas, organizadores de competiciones y casas de juego. El nuevo ente, impulsado por el Ministerio de Hacienda, el de Interior y el de Cultura y Deporte, contará con el apoyo de la Policía Nacional y la Guardia Civil. La comisión no tendrá capacidad sancionadora, sino que derivará a las autoridades administrativas y penales los casos que detecte.

Uno de los primeros objetivos de la comisión será fijar un nuevo sistema de alertas tempranas sobre posibles manipulaciones de competiciones deportivas que la Dirección General de la Ordenación del Juego, dependiente de Hacienda, viene desarrollando como evolución del actual, el Sigma. Se tratará de una aplicación informática que recabará información de autoridades, instituciones, entidades deportivas y operadores de juego, casará los datos mediante inteligencia artificial y alertará de posibles riesgos.

La Dirección General de la Ordenación del Juego considera prioritario poner en marcha cuanto antes este mecanismo en los mercados de apuestas españoles, que son los supervisados, dado además que las posibles manipulaciones pueden venir también de terceras jurisdicciones carentes de reglas y protocolos para luchar contra el fraude.

La última memoria de actividad del departamento revela que en 2018 se generaron 62 alertas sobre posibles amaños, se realizaron 75 requerimientos y 175 peticiones de información. Fútbol y tenis, dada además su importancia en el ámbito deportivo español y en el volumen de apuestas, concentraron buena parte de los casos. “Estas cifras apuntan a un fenómeno relativamente contenido dentro de la globalidad de la actividad de apuestas deportivas”, exponen desde la Dirección General de la Ordenación del Juego, que considera “razonablemente seguro” apostar mediante operadores autorizados españoles, tanto físicos como online, pero advierte de que “cualquier trama individualizada” de fraude, independientemente de su calado, “genera un riesgo sobre la reputación y credibilidad de las competiciones deportivas” en general.

La preocupación del Gobierno sobre este asunto, y la de la regulación europea que le inspira, deviene de la creciente importancia de esta industria.

Las apuesta deportivas movieron 1.817 millones de euros en el primer trimestre de este año y dejaron un margen neto (descontando los premios abonados y los bonos de juego) de 101 millones, lo que en ambos casos supone incrementos interanuales a doble dígito, del 13% y el 26,3%, respectivamente. Dentro del juego online en España, las apuestas concentran cuatro de cada 10 euros, cifra que solo superan los casinos en línea, con casi cinco de cada 10. Además, 31 de los 53 operadores de juego con licencia se dedican a las apuestas.

La comisión, en cuya presidencia se rotarán anualmente los responsables de la Dirección General de Ordenación del Juego y de la Dirección General de Deportes, espera ahora a que ambos departamentos designen a los expertos que trabajarán en ella.

Fuente: cincodias.elpais.com