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Local de venta de Loterías y Apuestas del Estado

La Policía Judicial considera probado que el lotero de San Agustín no puede ser el “legítimo” beneficiario de la Primitiva premiada con 4,72 millones de euros el 30 de junio de 2012, boleto que aseguró haber encontrado en su administración.

Así lo detalla la policía en un oficio elaborado para el conocimiento del Juzgado de Instrucción número 8, que es el que ahora instruye el caso y que mantiene a lotero y a su hermano, delegado de Loterías en A Coruña, como investigados, nueva calificación jurídica de la antigua figura del imputado.

Según el informe policial, al comprobar la actividad de la máquina de esta administración ubicada en la calle Pío XII, se demuestra que en un plazo de 19 segundos, el 2 de julio de 2012, el lotero, Manuel Eugenio Reija, comprueba un lote de cuatro boletos y salta un mensaje en su terminal: “Premio superior, llevar resguardo a la delegación”. Una frase que indica que la Primitiva tiene un premio superior a 5.000 euros. Sin embargo, al jugador no se le informa y solo se le paga un premio inferior de otro boleto, según la policía. El mismo mensaje que leyó el lotero apareció en la pantalla que pueden ver los clientes, pero solo lo hizo durante dos segundos, lo que, indica el 091, “imposibilitó” al apostante advertir dicho mensaje. Además, el terminal imprimió el comprobante del resguardo: “Entregar al cliente (…)Llevar resguardo a la delegación”. Señala el informe policial que el lotero dispuso entonces de doce segundos para la lectura del comprobante.

Del lote de trece resguardos que comprobó entre las 15.25 horas y 30 segundos y las 15.26 y 18 segundos, el investigado se quedó con el resguardo con el premio superior y parte de los no premiados, según la Policía Judicial. Los boletos ya abonados con premios inferiores los apartó, como obliga el protocolo, para su presentación en la Delegación Provincial de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado.

Minutos más tarde volvió a consultar los resguardos hasta encontrar el premiado, que pasó por la máquina de nuevo una tercera y última vez, asegura la policía. Manuel Eugenio Reija entregó el 3 de julio de 2012 el comprobante del premio en la Delegación Provincial de Loterías, a su hermano, Miguel Reija, adjuntando por escrito las circunstancias en las que decía haber hallado el boleto: “cuando se encontraba solo, sin ningún cliente”. Lo vio, según sus palabras, en la parte exterior del cristal, junto al pasamonedas y “en unas condiciones impecables”. Esa fue su primera versión, pero la máquina de comprobación de apuestas de su administración lo contradicen. Ante la jueza, en noviembre de 2019, el lotero achacó a un despiste que dijese que había hallado solo un boleto, y no los cuatro que presentó la víctima. Reconoció entonces que si hubiese tenido la intención de quedarse con el dinero del boleto premiado, se habría ido “a Canarias”.

La Policía Judicial señala que, una vez sustrajo la Primitiva premiada, el lotero se deshizo de los comprobantes, lo que le garantizaba que “nadie pudiese aportar datos inequívocos sobre la misma”. A su juicio, Manuel Eugenio Reija no mostró interés en la búsqueda del beneficiario.

La investigación se centra ahora en conocer quién es el verdadero propietario del boleto. En caso de que no se pueda comprobar, el premio podría quedar a beneficio del Estado. El lotero de San Agustín solicitó el 5 de septiembre de 2012 cobrar el premio al alegar que había entregado el resguardo “de buena fe”, pero la policía no comparte ese escenario porque, al analizar la actividad de la máquina, considera demostrado que sustrajo el boleto y que lo comprobó hasta en tres ocasiones para asegurarse de que era el premiado con 4,7 millones de euros, por lo que, concluye, no puede ser considerado su “legítimo propietario”.

Miguel Reija, delegado provincial de Loterías y Apuestas del Estado en A Coruña y hermano del lotero, también declaró ante la juez e insistió en que el proceso se desarrolló de forma correcta.

Los agentes encargados de la investigación sospechan que Loterías encubrió a los hermanos Reija para que pudiesen cobrar el boleto, ya que la sociedad estatal no aportó algunos de los datos que solicitaron los policías, como el número exacto de premios superiores a 5.000 euros comprobados en la administración en los cinco años anteriores a 2012.

La nueva jueza retomó este caso en marzo, justo antes de la pandemia, con las declaraciones, como investigados, de siete directivos de Loterías que explicaron durante siete horas sus versiones sobre la Primitiva millonaria. Los directivos manifestaron que no tenían la obligación de buscar al titular del boleto, por lo que no emprendieron acciones para ello. Sobre esto, aseguraron también que no dieron instrucciones a Miguel Reija y a su hermano, el lotero de San Agustín, de ocultar datos que ayudarían a encontrar al dueño del billete.

Fuente: laopinioncoruna.es