En cada una de sus seis demandas, Polla estimó un daño emergente por $37.469 millones; lucro cesante por $5.620 millones; y daño moral cerca de $2.000 millones.
Por estas causales, reclama $45.089 millones a cada proveedor de servicios de telecomunicaciones. La suma de las seis llega a los $ 270 mil millones.
En sus presentaciones, Polla acusa que la “inacción de las empresas de telecomunicaciones no solo contravino la legislación chilena, sino también las resoluciones de la Corte Suprema que ordenaron el bloqueo de sitios de apuestas ilegales”. Polla destacó que su posición como único operador autorizado de apuestas deportivas fue socavada, resultando en una considerable pérdida de ingresos y comprometiendo la integridad de sus operaciones.
Según Polla, esta “permisividad fomentó un entorno donde proliferaron actividades de juego de azar no reguladas, aumentando el riesgo de fraude y participación de menores”. La demanda incluyó pruebas documentales de las solicitudes formales a las empresas y su negativa o respuesta insuficiente.
La estatal también denunció que esta situación causó un detrimento económico e institucional, afectando su capacidad de cumplir con su misión de beneficencia y su contribución al erario público, por lo que reclamó una indemnización integral por los daños y perjuicios sufridos.
“Polla ha sufrido una pérdida patrimonial de poco más de US$ 200 millones y adicionalmente ha perdido 11.000 millones por año”, sostuvo el abogado de Polla, Isidro Solís, ex subsecretario y exministro de Justicia durante los gobiernos de los presidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.
Descargos
A finales de junio, Wom presentó sus descargos. En su presentación, destacó que Polla Chilena de Beneficencia ha presentado la misma demanda con el mismo petitorio, perjuicios y cuantía contra seis operadores de internet, indicando que dicha conducta constituye un “patente enriquecimiento sin causa” al pretender demandar seis veces por el mismo daño.