«Muchos siguen adoptando precauciones y casi el 50% no ha vuelto a las salas de bingo», explican desde la Asociación Autonómica de Empresarios de Juegos Legalizados, que lanza un SOS por estos negocios

Las empresas del sector explican que la venta de boletos de juego deja una rentabilidad que no supera el 14% y la cifra se queda corta para las empresas, que piden ayudas públicas porque hay 2.000 empleos en juego

Durante los duros meses de la pandemia, los mayores dejaron de practicar mucho de sus hábitos. Por ejemplo, el bingo que se suele jugar en los centros de jubilados se suspendió No fue hasta septiembre de 2021 cuando los centros de mayores de València no retomaron las actividades lúdicas, como juegos de mesa o de azar, por la pandemia.

Aún así, esa vuelta ha sido más precavida que en otros ámbitos y también se ha trasladado a las salas de bingo profesional. «Como consecuencia de la Covid, una parte de la salas de bingo están pasándolo mal porque cerca de un 50% de su público es gente mayor y ese colectivo todavía sigue adoptando precauciones y mucho no han vuelto todavía», explica a La Vanguardia Juan Carlos Arnau, abogado y portavoz de la Asociación Autonómica de Empresarios de Juegos Legalizados (EJUVA).

Consecuencias

Hasta septiembre de 2021 los mayores no pudieron volver a jugar en los centros de mayores municipales de València

A este abandono de buena parte de sus clientes cabe sumar la situación económica actual: aumento del precio de los alquileres, auge del precio de los suministros, etc.

En la Comunidad Valenciana hay unas 60 salas de bingo y 26 de ellas forman parte de esta asociación, integrada en la Federación de Ocio, Turismo, Juego, Actividades Recreativas e Industrias Afines de la Comunidad Valenciana y en la CEV, que ahora lanza un mensaje de auxilio a la Administración. Arnau alerta de que las cosas están «poniéndose feas» para las salas de bingo y se declaran “al borde del colapso económico” en estos negocios.

Desde EJUVA aseguran que la rentabilidad que se obtiene del cartón está entre un 12 y un 14% y que esto no genera el margen suficiente para llegar al umbral de rentabilidad de la sala, lo que conlleva generar “cuantiosas pérdidas económicas”. A ello, añaden que la elevación de los costes tanto de los suministros, como de las materias primas, los alquileres y del personal es ya de un 30%. “Las ventas del cartón en juego no han subido y se encuentran estancadas”, admiten también.

Por ello, piden a la Generalitat Valenciana un plan de viabilidad del sector que garantice el mantenimiento de la actividad y de los puestos de trabajo. “Los bingos tenemos los precios fijados por el Reglamento del Juego de la Comunidad Valenciana, por lo que es imposible repercutir dicho coste”, explica Juan Carlos Arnau, abogado y portavoz de EJUVA.

Solicitaron al Consell algún tipo de ayudas y afirman que siguen esperando. Del sector dependen 2.000 empleos directos, cifran

Según explica Arnau, las salas de bingo solicitan un tipo de ayudas «como las que se han dado al resto de sectores, porque el juego -por la normativa europea- quedó excluido», señala Arnau.

Hace año y medio EJUVA se reunió con el Institut Valencià de Finances (IVF), pero «se nos dijo que quedábamos fuera, nos remitieron a la Conselleria de Modelo Económico y se nos dijo que sobre ese tipo de ayudas no tenían competencia y nos pasaron a Economía. Estamos esperando», relata el representante de la entidad. También pone el foco en el empleo que genera el sector en la Comunidad Valenciana, que cifra en 2.000 empleos directos.

Mientras, la gestión de estos tiempos complejos de inflación la pasan capeando el temporal. Los negocios no pueden subir precio en los cartones de bingo, y explican, la única opción es repercutir este incremento en el servicio de bar y cafetería de las salas, pero Juan Carlos Arnau explica que «no queremos que se suba el precio del cartón, por eso pedimos que se nos baje la tasa, porque si repercutimos el precio en el cartón, acabaremos perdiendo al cliente»

El juego en la Comunidad Valenciana

El último informe anual del juego de la Comunidad Valenciana, que es de 2020 muestra una caída del juego en general, pero también del bingo. No en vano, los datos extraídos y reflejados en la memoria están también condicionados por la excepcional situación sanitaria del 2020, consecuencia de la pandemia, pues afectó a las aperturas y horarios de los centros.

Sin embargo, este informe cifra en  126.877.104 euros las ventas del mercado del juego del bingo tradicional, un 49,89% menos que en 2019, cuya cuantía ascendió a 250.869.312 euros.

Últimos datos

En 2020 hubo ventas por valor de 126.877.104 euros en las salas de bingo valencianas

Asimismo, en conjunto en la Comunitat Valenciana las cantidades jugadas en los juegos presenciales, competencia de la Generalitat, como son los juegos propios de los bingos pero también los casinos, las apuestas, salones, y máquinas recreativas y de azar, durante el ejercicio 2020, ascendió a 1.747 millones de euros, un 39,36 % inferior al total del 2019, que fue de 2.881 millones de euros.

Sin embargo, el juego online aumentó un 18%, a causa principalmente de los confinamientos  y la menor interacción social. Los datos señalan que hubo menos actividad del juego no solo en territorio valenciano, sino en todas las comunidades autónomas, a pesar de que en la Comunidad Valenciana la reducción ha sido inferior a la registrada en otras como Andalucía, Catalunya y Madrid.  Y en cuanto a la recaudación de tributos, estos cayeron un 35%, mientras que la media de las comunidades autónomas fue del 45%.