Los negocios llevan a unirse a personalidades que deberían estar enfrentadas. Es lo que sucede con la posible venta de los Mavericks. Mark Cuban, el actual propietario, es una de las figuras de la NBA que más y con mayor contundencia se ha enfrentado a Donald Trump. La familia Adelson, los compradores, fueron quienes más dinero donaron a las campañas electorales del expresidente de Estados Unidos. Sin duda, será una extraña alianza.
En principio, Cuban venderá gran parte de sus acciones, pero seguirá al frente de todo lo relacionado con asuntos de baloncesto. Hace 23 años, se gastó 285 millones de dólares y ahora, sin abandonar la franquicia, va a recibir 3.500 millones, aunque está valorada en 4.500 millones, según Forbes, la séptima más valiosa de la NBA. Parece una venta por debajo de mercado, pero es que detrás se adivina un negocio mayor.
La fortuna de los Adelson, estimada en casi 30.000 millones de dólares, se ha construido gracias a los casinos. Su corporación Las Vegas Sands tiene complejos en la ciudad de Nevada, Macao y Singapur. En España, el apellido se hizo célebre por el proyecto de EuroVegas, ideado por Sheldon, el patriarca fallecido en 2011 como uno de los hombres más ricos de Estados Unidos. Bajo el gobierno de Esperanza Aguirre, la Comunidad de Madrid -Alcorcón, en concreto-, estuvo cerca de albergar un enorme complejo de 750 hectáreas plagado de casinos, hoteles, campos de golf… Finalmente, no se llevó a cabo.
Algo semejante han pensado los Adelson, ahora liderados por Miriam, la viuda, para Dallas, aunque hay un inconveniente: en Texas, el juego es ilegal. Cuban, como si tuviera en mente ya hace tiempo la alianza con los futuros propietarios, lleva años tratando de convencer a las autoridades del estado para que levanten esa prohibición. La idea es construir un nuevo pabellón para los Mavericks dentro de un complejo turístico.
Jugadores demócratas y propietarios republicanos
Si el proceso de venta sigue adelante, todo apunta a que la Junta de Gobernadores de la NBA no lo impedirá. Cualquier cambio en la propiedad de una franquicia debe ser aprobada por una amplia mayoría del resto de dueños. Muchos de ellos comparten ideología con los Adelson. Un detalle importante. Los jugadores estadounidenses, muchos afroamericanos, suelen ser demócratas mientras que sus jefes tienden más a lo republicano.
El negocio está servido mientras lo deportivo no termina de arrancar en Dallas. Marchan cuartos en el Oeste con un balance de 11-7 apoyado sobre todo en un asequible calendario inicial. Los Mavericks compiten mejor que la temporada pasada, pero al equipo le faltan piezas para poder aspirar al anillo. Luka Doncic y Kyrie Irving forman un talentoso dúo ofensivo, pero su defensa les lastra. Tampoco hay un referente bajo los aros, aunque el novato Dereck Lively II podría serlo con el tiempo y Grant Williams, llegado en verano, es una buena incorporación, pero no pone al equipo en el siguiente nivel.
El base esloveno, estrella del equipo, tiene contrato hasta 2026 y después posee la opción de continuar un año más por casi 49 millones de dólares. ¿Seguirá en la franquicia por entonces si no ve opciones de ganar un título? ¿Habrá ya casinos en Dallas? Difícil saber ahora mismo qué respuesta es más importante.
Fuente: Marca