La Fundación CODERE, organización sin ánimo de lucro que desde hace más de ocho años sirve como espacio de debate e investigación sobre el sector del juego y promueve iniciativas para transmitir a la sociedad una imagen fiel de la industria, ha presentado hoy en Madrid la séptima edición del informe sobre Percepción social sobre el juego de azar en España 2016.
Este estudio, presentado en las instalaciones del Casino Gran Vía de Madrid, se ha realizado nuevamente en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), a través de su Instituto de Política y Gobernanza (IPOLGOB), y muestra que los hábitos en el juego de los españoles están cambiando, y que la hegemonía de las apuestas deportivas en el juego online se hace cada vez más clara. En 2015, el 70,5% de los jugadores online recordaba haber hecho apuestas sobre algún evento deportivo en los últimos dos meses, lo que supone un incremento de casi 13 puntos porcentuales, frente al 57,6% de 2014.
En medio de la recuperación del consumo de juego en España que comenzó en la segunda mitad de 2014, aunque aún sin llegar a los niveles pre-crisis, se observa además cómo las apuestas deportivas mantienen su tendencia ascendente también en el modo presencial. En 2015 el 3,8% probó suerte con las apuestas deportivas presenciales, frente al 1,1% que se registraba en 2012 en un tipo de juego que es de interés mayoritariamente masculino (apuesta el 7,1% de los hombres y el 0,5% de las mujeres) y que ha ido desarrollando su regulación en los últimos años en el ámbito autonómico.
El informe, que desde 2009 sirve para analizar el consumo del juego por parte de los españoles, muestra cómo en términos generales se registra aumentos en la Lotería Nacional y los casinos, sobre todo por su proximidad a las grandes ciudades, especialmente en Madrid. Y a ello se suma la inversión de la tendencia negativa del bingo y el descenso del número de compradores de loterías primitivas, Quiniela, cupones y loterías instantáneas de la ONCE, así como de las máquinas tragamonedas (que bajó de la barrera del millón de individuos en 2015).
En el ámbito presencial, a la Lotería Nacional jugaron alguna vez en 2015 tres de cada cuatro residentes en España de entre 18 y 75 años (75,1%), lo que supone un incremento de casi 2,5 puntos con respecto al dato de 2013, una recuperación que llega gracias, sobre todo, a la recuperación de los niveles de ventas del sorteo de El Niño tras el impacto de la implantación del gravamen del 20% a los premios superiores a 2.500 euros. En el caso del bingo, se registró un ligero aumento en el número de personas que probaron suerte en 2015, al llegar a los 2,8 millones de jugadores (8,2%), frente a los 2,6 millones de 2014 (7,6%).
Jugadores de clase media y alta concentrados en Madrid para el ámbito online
El séptimo informe de Percepción social sobre el juego de azar en España 2016 muestra cómo el jugador online sigue teniendo mayoritariamente un status socioeconómico medio o alto (casi el 75 % se sitúa en esta franja), aunque en 2015 aumentó el número de quienes tenían un status medio-bajo o bajo.
Otras tendencias recogidas en el informe de la Fundación CODERE y la UC3M en el ámbito online señalan cómo se normaliza la compra de las loterías públicas por Internet, y cómo cambia el perfil de jugador entre los días laborables y festivos, contando estos últimos con una actividad mayoritariamente masculina. Asimismo, el bingo muestra una mayor progresión que los juegos de casino por Internet, aunque sigue situándose por detrás, con un 26% y un 29,7% de jugadores, respectivamente, que recuerdan haber probado suerte de este modo en los dos últimos meses.
Por comunidades autónomas, Madrid es la región en la que se concentra el mayor número de jugadores online, con un 20,1%, seguida de Andalucía (16,7%), Comunidad Valenciana (13,6%), Cataluña (13,3%) y Galicia (5,5%). De estas regiones, Valencia y Andalucía registraron en 2015 aumentos interanuales significativos de 3,4 y 3,9 puntos porcentuales, respectivamente. Por el contrario, el porcentaje de concentración de jugadores online se redujo en Madrid en 3,8 puntos y en Cataluña en 3,5 puntos.
La sociedad española no tiene un problema de Juego Problemático, pero hay casos individuales
En España no hay base para una preocupación social sobre el Juego Problemático, es uno de los países con una menor incidencia de éste, algo por debajo de los países nórdicos, Nueva Zelanda o Canadá y muy por debajo de Estados Unidos y los países asiáticos. España no es una excepción en este terreno, dentro del occidente europeo. El porcentaje de población afectada de entre 18 y 75 años de edad se sitúa entre el 0,1 y el 0,3% (34.200 y 102.000 personas), dependiendo de la metodología de análisis utilizada. Supone una leve reducción del dato de 2014 (0,4%), irrelevante estadísticamente, aunque positivo. El límite inferior de estas estimaciones coincide con los de la cantidad de personas en tratamiento facilitadas por algunas entidades clínicas y los datos facilitados por algunas comunidades autónomas. El dato también coincide con los resultados de estudios hace unos años por otros autores en Cataluña (0,2% en 2007) y en Galicia (0,35% en 2004).
Sin embargo, el estudio muestra cómo el Juego Problemático es un fenómeno que avanza de manera significativa en el ámbito online, mientras en el presencial se observa un leve descenso tendencial en los últimos 25 años. El perfil de los afectados por este problema es principalmente el de jóvenes menores de 25 años, aunque podría ampliarse a los 35 años de edad, sobre todo hombres, con un status socioeconómico medio y alto. Esta conclusión se extrae de la prolongada duración de las sesiones de juego o la elevada cantidad de jornadas que se conectan unos 50.000 jugadores online, que se sitúa por encima de 300 días al año.
El juego como activador de las relaciones sociales
En el VII informe sobre Percepción social sobre el juego de azar en España se analiza además la relación del juego con el capital social, entendido como percepción de relaciones sociales de colaboración entre los miembros de una sociedad. De este análisis se pueden extraer tres conclusiones:
- El juego es un activador de las relaciones sociales, quienes juegan son personas más sociables, que perciben tener más amigos y movilizan la cooperación a su alrededor.
- Los jugadores del ámbito presencial que traspasan la frontera del Juego Problemático se enfrentan a la pérdida de su capital social, las relaciones sociales operan así como un freno del exceso en el juego, como ocurre con otros comportamientos sociales problemáticos.
- Este freno no se advierte en el online, pues la soledad del jugador hace que su actividad escape al control que ejercen las relaciones sociales.
Equipo de Investigación
- Gómez Yáñez, José Antonio, profesor de Sociología, miembro del IPOLGOB y socio de Estudio de Sociología Consultores.
- Cases Méndez, José Ignacio, profesor emérito de Ciencia Política y de la Administración y miembro del IPOLGOB.
- Gusano Serrano, Germán, abogado y politólogo, director de la Fundación CODERE.
- Lalanda Fernández, Carlos, abogado, Centro de Estudios de Políticas y Legislación del Juego.