La Guardia Civil ha detenido, en el marco de la operación Monybet, a cuatro presuntos implicados, dos de ellos futbolistas, en una trama de amaños de partidos con el objetivo de lucrarse con apuestas deportivas.

Los dos jugadores pertenecen a la plantilla del Conil C.F -un portero y un defensa- y hay 34 investigados más entre los que se encuentran seis futbolistas más.

Durante los registros realizados se han localizado 16.695€ en efectivo, varias cuentas de criptomonedas, documentación relacionada con apuestas y gran cantidad de material informático de telefonía móvil y almacenamiento. Además, se estima que los beneficios en premios obtenidos son superiores al millón de euros.

Así funcionaba la trama

El modus operandi de la organización consistía en compaginar apuestas en partidos de categorías inferiores, como la Tercera RFEF en la que milita el Conil, con otras en Primera División para tratar de no levantar sospechas.

Como se establece en las casas de apuestas un límite de dinero que se puede invertir en partidos de ligas semiprofesionales, multiplicaban las apuestas que realizaban de esta cantidad (300 euros).

Asimismo, empleaban lo que se conoce como ‘mulas de dinero’, es decir, personas que prestaban su identidad como apostantes para que la organización pudiera multiplicar sus beneficios, unas veces a cambio de un porcentaje y otras a cambio de información privilegiada para realizar sus propias apuestas.

El error que levantó las sospechas

El despite que llevó a levantar las sospechas fue precisamente el dinero invertido. Lo normal en partidos de estos niveles es apostar entre uno y 50 euros como mucho, por lo que, una vez puestos sobre la pista, los encargados de este tipo de delitos en la Guardia Civil vieron un patrón extraño.

Además, los primeros que notaron algo extraño fueron los directivos del Conil, que habían observado un comportamiento poco profesional con errores impropios de sus jugadores en el tramo decisivo de la temporada en el que, además, se jugaban el ascenso.