Las obras de remodelación del Teatro Balear para convertirse en un casino se encuentran al 85% de su finalización, como afirmó ayer el gerente de la promotora, José Antonio Fernández. Este dato ha sido comunicado a Cort, que hace solo tres días ordenó paralizar la reforma debido a que carece de la preceptiva licencia. El responsable del complejo ha denunciado al Ayuntamiento «por haber entrado en las obras sin orden judicial» y «a base de engaños», y ha recurrido por la vía contenciosa y penal.
Argumentó que los celadores municipales que acudieron a precintar el recinto «no pueden afirmar que los nueve obreros que aún quedaban estuviesen haciendo algo, porque no había luz. ¿Cómo iban a enchufar las máquinas, en una vela?» Por la mañana había medio centenar de trabajadores y se les notificó que las obras se paralizaban, detalló el responsable del casino.
Fernández confía en que todos los problemas que está teniendo para su apertura sean resueltos. «Nos asiste la razón y alguien nos la dará», según sus palabras. Aseguró además que el proyecto presentado «se puede adaptar a la normativa del casco antiguo», dijo basándose en un informe emitido por los servicios jurídicos de la concejalía de Urbanismo. «Según los censos de actividades, los bingos, casinos y salones de juego se encuentran en el mismo epígrafe. Al no haber cambiado de actividad –ya que antes había un bingo–, la ordenanza [de usos del centro histórico] no es de aplicación, porque las obras son para adecuar el local al casino», tal como especificó sobre el recinto «de 3.152 metros cuadrados».
Informe previo favorable
El responsable del Casino Teatro Balear recordó además que «el Govern, antes de abrir los sobres [de los licitantes del concurso público convocado], preguntó al Ayuntamiento sobre las diversas ubicaciones en las que se podía abrir un casino y el señor Gijón [el concejal de Turismo] hizo un informe en el que decía que allí se podía». Leyó textualmente: «El emplazamiento ya está asociado a esta actividad», lo que significa que «hasta Gijón dice que no se cambia la actividad», según las palabras de Fernández.
El gerente de la promotora no entiende, aunque sospecha, por qué se ha producido todo este conflicto. «Pienso que ganó el que no tenía que ganar y a partir de ahí vinieron los problemas. Hemos ido con buena fe desde el primer momento. Si me hubiesen dicho que no podía abrirlo, no hubiera concurrido al concurso ni desde luego hubiese cerrado el bingo. Me dejan fuera y aquí paz y después gloria. No tendría nada de qué quejarme», destacó.
Por el contrario, el informe previo preceptivo del consistorio le dio vía libre y, cuando ganó el concurso, le otorgaron la licencia de obra menor, de demoliciones previas, para el Casino Teatro Balear, especificó. «Consienten que cierre el negocio y que eche a la gente –gracias a Dios están recolocados– y luego me dicen que no puedo poner un casino», tal como denunció en una rueda de prensa sobre el final de curso de la Escuela de Croupiers.
La empresa promotora del complejo de juego ha invertido por ahora siete millones de euros y tiene cinco más comprometidos como entrada para los encargos de maquinaria, ruletas, etc. El plazo que le otorga el Govern para abrir es el 28 de mayo. «No sé qué pasará», concluyó.