The Ventian, un casino de las Las Vegas Sands

Durante años, el desierto donde hoy brillan millones de bombillas y luces de neón fue un fértil valle habitado por los indios paiute. Paso obligado desde 1800 de las caravanas de los mercaderes españoles que iban desde Nuevo México a California (la ruta tenía el nombre de Old Spanish Trail, el viejo camino español), no fue hasta 1844 cuando el célebre explorador John Fremont escribió en su diario el nombre de Las Vegas para referirse al valle.

Sin embargo, hubo que esperar hasta 1855 para ver en pie la primera fortaleza, que fue levantada por los mormones. Pero su estancia fue efímera, ya que sólo tres años después la abandonaron porque los indios, en vez de aprender sus técnicas agrícolas, preferían asaltar y saquear el asentamiento.

LA SUBASTA
A partir de entonces, los colonos construyeron sus propios ranchos, que en 1902 fueron adquiridos por una compañía de ferrocarril. ¿El motivo? Debido a la gran cantidad de agua disponible, era el sitio perfecto para que repostaran las máquinas de vapor que harían el trayecto entre Los Ángeles y Salt Lake City. Tres años después, concretamente el 15 de mayo de 1905, la compañía dividió los 110 acres (445.000 metros cuadrados) en 12.000 parcelas y las subastó. Así nació Las Vegas hace 110 años.

LEGALIZACIÓN DEL JUEGO
El primer hotel-casino, el Golden Gate, abrió sus puertas un año después, y el primer cartel luminoso no empezó a brillar hasta 1929. Los propietarios del Golden Gate, como el resto de la ciudad, no fueron ajenos a la Gran Depresión de 1929. Pero fue una crisis efímera por dos hechos acaecidos en 1931: la construcción de la presa Hoover (una verdadera joya arquitectónica de 220 metros de altura) y la legalización del juego el 19 de marzo, que proporcionaron a la ciudad empleo y prosperidad en poco tiempo. El primer casino legal fue el Northern Club (Club del Norte).

LLEGAN LOS GIGANTES
Diez años después, los pequeños hoteles-casino empezaron a ser devorados por gigantes como El Rancho, o el Flamingo, construido en 1946 y propiedad del mafioso Benjamin ?Bugsy? Siegel. Eso sí, sólo lo disfrutó seis meses, el tiempo que tardó un pistolero a sueldo en asesinarle en casa de su prometida en Beverly Hills.

Ya en la década de los cincuenta, el fenómeno fue imparable. Se abrió el Hotel Sahara, el Wilbur Clark?s Desert Inn, el Riviera, el Tropicana, el Stardust, el Dunes? En este último, actuaron estrellas de la talla de Frank Sinatra, Dean Martin, Peter Lawford, Sammy Davis Jr. Y Joey Bishop (más conocidos como los Rat Pack). Hasta el multimillonario Howard Hughes no pudo resistirse a los encantos de la ciudad, a la que llegó en 1966, alojándose en la novena planta del Desert Inn. (En la foto, Fremoant Street en 1952).

DE RECORD
En la ciudad conviven casi una veintena de los mayores hoteles del mundo. Solo uno de ellos tiene más de 5.000 habitaciones, situándose el total en la ciudad por encima de las 12.000. Intentar dormir una noche en todas ellas le llevaría la friolera de ¡328 años!

¿Rentables? Se estima que cada visitante se suele dejar una media que supera los 500 euros. Los casinos ingresan más de 4.000 millones de euros. ¿Otros datos de interés? Cada año se celebran en la ciudad unos 100.000 matrimonios (Elvis Presley se casó allí con Priscilla).

NADA DE ABURRIRSE
Millones de bombillas y luces de neón convierten el cruce de las calles Fremont y Main (conocido como Glitter Gulch) en uno de los lugares de la tierra más luminosos de día, ¡y de noche! En ese punto, además de muchos locales de striptease, confluyen la mayoría de los grandes casinos como el Golden Nugget o el Gold Spike.

Si no le gusta el juego, la ciudad le ofrece otro tipo de diversiones, incluso gratis. Por ejemplo, en el Mirage podrá disfrutar de un volcán falso, con erupciones de humo cada media hora, y 54 cascadas artificiales. Y en su interior paseará por una selva tropical, o verá a miles de peces en un acuario de 20 metros de largo. En el Hotel Bellagio, en su largo artificial, con más de 1.000 chorros de agua, danzan al ritmo de la música de Frank Sinatra o de cualquier otro éxito de Broadway cada 30 minutos. El Circus Circus ofrece actuaciones gratuitas de circo, el Gran Slam Canyon es un mini parque de recreo con montaña rusa, dinosaurios falsos y paseos acuáticos. Etc, etc.

Fuente: que.es