Carla Campos, directora de la Compañía de Turismo de Puerto Rico

La legalización de estas máquinas fuera de los casinos fue incluida en la reforma contributiva

La legalización de 25,000 tragamonedas que operarán fuera de los casinos está un paso más cerca de concretarse luego de que la Compañía de Turismo presentara el documento que establece las reglas de juego para estas máquinas.

De acuerdo con el reglamento —que ahora debe ir a un proceso de vistas públicas— los negocios que tengan estas máquinas de juegos de azar deben cumplir con una serie de requisitos. Las prohibiciones incluyen que no podrá haber más de diez tragamonedas en un establecimiento, no podrán estar ubicadas en la parte de afuera del negocio y no pueden estar a menos de 1,000 metros de un hotel con casino.

Sin embargo, podrán estar a 100 metros o más de otros negocios con tragamonedas, escuelas, iglesias “o congregación que aspire al sosiego espiritual”. A pesar del límite de máquinas por negocio, el reglamento sí permite a un dueño mayorista tener entre 100 y 250 tragamonedas bajo su nombre.

Otra de las disposiciones ordena que “es indispensable que estas máquinas no representen el único ni el mayor ingreso de actividad comercial del establecimiento, por lo que para ser considerado como negocio, deberá contar con otras actividades comerciales a fin de que los ingresos generados por las máquinas sean un complemento y no la fuente principal de ingreso de dicho establecimiento”.

El reglamento —radicado el lunes pasado en Cámara y Senado— establece que los

Jaime Irizarry, director de la División de Juegos de Azar de la Compañía de Turismo de Puerto Rico

premios para los jugadores tendrán un límite de $1,000. Estos premios pagan un impuesto del 2% al Departamento de Hacienda luego de los primeros $500.

La legalización de las tragamonedas que operan fuera de los casinos fue incluida en la reforma contributiva. Uno de los cambios más significativos es que coloca la supervisión y manejo de estos negocios en manos de la Compañía de Turismo y no del Departamento de Hacienda, como era hasta ahora. El reglamento establece que las máquinas deben operar con un permiso de Turismo, lo que implicaría que los permisos que antes dio Hacienda deben ser cambiados por los nuevos.

El reglamento le otorga a Turismo la potestad de “desviarse” del mismo “cuando su estricto y literal cumplimiento derrote su propósito”.

Los negocios que soliciten permiso para tener estas máquinas deben presentar documentos como evidencia del pago de patente municipal, certificación negativa de deuda con Hacienda, certificación de que han sometido la planilla por los pasados cinco años y certificaciones negativas del Centro de Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM) y de la Administración para el Sustento de Menores (Asume).

Los dueños mayoristas de estas máquinas deberán pagar una licencia anual de $1,500 por cada máquina, mientras que las licencias de los fabricantes y proveedores de servicios para las tragamonedas pagarán una licencia de $3,000 cada dos años. Además, el reglamento permite imponer multas desde $5,000 a $10,000.

Habrá vistas públicas

La directora de la Compañía de Turismo, Carla Campos, recordó que este reglamento —antes de ser final— irá a un proceso de vistas públicas, “lo cual permitirá obtener insumos y recomendaciones para la optimización del mismo previo a su eventual aprobación”.

“El próximo paso para cumplir con los requisitos que establece la ley es presentar el reglamento operacional y los procesos que han de ser implantados en o antes del 10 de abril del año en curso”, dijo Campos en declaraciones escritas.

Fuente: elVocero.com