Casino de Panamá
Casino de Panamá

La industria de los juegos de suerte y azar también está paralizada en Panamá y sus operadores calculan que más de dos mil empleos de los 4 mil que tenían antes de la crisis del coronavirus se afectaran.

Hoy día la actividad apagó todas sus luces, máquinas tragamonedas apagadas, las mesas de póquer están vacías, y las pérdidas mensuales se estiman en 6 millones de dólares, junto con la posible reducción del 50% de los trabajadores solo en la industria de casino.

El presidente de la Asociación de Administradores de Juegos de Azar de Panamá (Asaja), Antonio Alfaro dijo que duda que esos 4 mil colaboradores del área de casinos regresen a trabajar ya que el impacto de esta paralización será difícil superarlo.

«Para muchos operadores de casinos esta situación es el golpe final para la industria, al menos que se haga un esfuerzo muy grande de parte del Estado para resolver todas aquellas cosas malas que le hicieron daño a la operación de casinos y no le ha permitido levantar cabeza», señaló Alfaro.

La industria traía un crecimiento sostenido entre un 6% y un 9%, con unos ingresos brutos de aproximadamente $400.4 millones anuales (antes de gastos) para el 2012. Para el 2016, los casinos y salas de apuestas en Panamá rompieron récord en apuestas al superar los 2 mil 400 millones de dólares.

Pero la actividad después de ese año empezó a perder brillo. Este sector pasó de tener ingresos brutos de $59 millones a $30 millones hoy en día, mientras que la recaudación de la Junta de Control de Juegos ha caído a $3 millones.

Para Yelitza Amador, secretaria ejecutiva de la Asociación Panameña de Operadores de Juegos de Azar (Apojuegos), la situación es preocupante tanto sobre la salud de la población y colaboradores como la reactivación económica del país.

Tomando en consideración el 2019, que ya había cerrado con una caída del 3% con relación al 2018, el Estado dejará de percibir un aproximado de 6 millones de dólares mensuales en regalías por las licencias de casinos, y salas tragamonedas y de apuestas.

«Fuimos de las primeras industrias cerradas el pasado 16 de marzo y el sector funciona con los ingresos diarios, pero los compromisos con los bancos y el Estado siguen igual», expresó Amador.

Para el 2012 la industria aportaba al Estado, solo en tasa de participación, más de 96 millones de dólares, sin sumar el impuesto sobre la renta (ISR), pero en el cierre del 2019 se recaudaron $74 millones, es decir $22 millones menos.’

Dicha caída ha tenido un efecto multiplicador, como el cierre de salas y casinos, la paralización de la inversión, así como el recorte de gasto, impacto que se extiende a los socios comerciales (mantenimiento, vendedores de insumos, proveedores, etc).

«Es importante también tomar en consideración todo lo que implica este cierre, que sabemos es más que necesario por el bien de todo el país. También debemos considerar, además de la pérdida de ingresos, el aumento de los gastos de mantenimiento que se deberá afrontar, el daño en los equipos, los gastos básicos que igual hay que pagar y todos los compromisos que tarde o temprano hay que cumplir, en una industria golpeada desde el 2015», manifestó Amador.

Aseguró que los gastos a los que se tiene que enfrentar son muchos y no ve que la industria se recupere en un plazo corto o mediano plazo.

Amador dejó claro que hasta el momento no se han reportado despidos, pero si se ha suspendido contratos a los trabajadores, a los cuales se le pagará el décimo tercer mes de abril.

Fuente: panamaamerica.com.pa