
Sin restricciones por la pandemia, los casinos físicos portugueses ganaron un 77% más en 2022 que en el año anterior, por un total de 251,1 millones de euros, pero sufriendo el desvío de clientes hacia las apuestas online y los juegos sociales -a lo que se suma la pérdida de poder adquisitivo-, todavía estaban un 20% por debajo de los ingresos embolsados en 2019.
En comparación con 2021, año en el que todavía sufrieron cierres obligatorios y limitaciones en el funcionamiento normal de las salas de juego debido a la pandemia de covid-19, los 11 casinos físicos portugueses regresaron en 2022 a (casi) la normalidad, habiendo recuperado el grueso de pérdida de ingresos.
A pesar de la fuerte recuperación, fueron 64,1 millones de euros menos que la facturación de 315,2 millones registrada en 2019.