Codere perdió en el primer semestre 168,7 millones de euros, con lo que redujo sus números rojos un 5% respecto al año pasado, gracias a la recuperación de España y del juego en línea, según el grupo, cuyas cuentas continúan mostrando el impacto en su negocio de las restricciones por el Covid. Como resultado de la reestructuración financiera anunciada en abril, Codere presenta sus resultados consolidados según los principios establecidos en la NIIF 5 (activos y pasivos sujetos a cambio de control y su cuenta de resultados como actividades interrumpidas).
Los ingresos operativos del grupo en el primer semestre disminuyeron en 51,3 millones de euros, alcanzando los 266,3 millones, un 16,2% menos respecto al mismo periodo del año anterior. Las caídas más significativas se produjeron en Italia (descenso de 54,7 millones), clausurada desde octubre del año pasado hasta junio, y Argentina (caída de 23,4 millones), cerrada durante casi todo el segundo trimestre
En Italia, sus locales permanecieron cerrados hasta el mes de junio; mientras que en México, Argentina, Uruguay o Panamá, se registraron cierres temporales y continuó operando bajo importantes restricciones.
Los gastos de explotación disminuyeron en 48,8 millones (un -16,6% interanual), si bien la volatilidad de la actividad durante el semestre «ha dificultado la alineación de los costos fijos con la generación de ingresos», asegura la empresa.
El Ebitda ajustado registró una caída de 2,5 millones, hasta los 21,5 millones de euros. El margen de Ebitda alcanzó el 8,1% en el semestre (+0,5 puntos porcentuales por encima de 2020).
A fecha actual y tras la reapertura de las salas de Argentina y Uruguay en el mes de julio, Codere mantiene abierta, aunque con numerosas restricciones, toda su operación presencial.
En las cuentas remitidas por el grupo de juego privado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía ha recordado espera finalizar la reestructuración financiera durante el próximo mes de octubre. La ejecución de la transacción resultará en la pérdida de control por parte de la matriz Codere sobre el grupo operativo, que será transmitido a una nueva sociedad (Nueva Topco). AL concluir la operación, esa sociedad estará participada en un 95% por los bonistas y en un 5% por Codere, además de ciertos derechos económicos adicionales (warrants).
Fuente: cincodias.elpais.com