El covid-19 también ha llegado a Parques Reunidos, el mayor grupo español de parques de atracciones, acuarios y zoológicos.

La compañía, propiedad del fondo de capital riesgo escandinavo EQT y de los March, y con una plantilla de 8.500 empleados, ha contratado los servicios de Houlihan Lokey para buscar liquidez con la que afrontar el cierre de la mayoría de sus 60 centros de ocio repartidos por España, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, entre otros países.

Los March, junto al fondo EQT y el fondo belga Grup Bruxelles Lambert, unieron sus fuerzas el año pasado a través de Piolin Bidco para lanzar una oferta pública de adquisición (opa) sobre la mayoría del capital de Parques Reunidos, que en España opera el Parque de Atracciones de Madrid, el Zoo Aquarium, Faunia, Aquopolis y el Parque Warner. La toma de control valoró la compañía en 1.130 millones de euros, una cifra ligeramente inferior a los 1.150 millones de deuda que arrastra el grupo fundado en Madrid en 1967.

Ese pasivo, encabezado por el Banco Santander, era a 30 de septiembre de 2019, último dato disponible, casi cuatro veces su beneficio operativo o ebitda, una cifra que ahora se va a disparar al no obtener prácticamente ingresos por el cierre forzoso de sus instalaciones. Por tanto, la compañía va a incumplir los ‘covenants’ o indicadores a partir de los cuales los acreedores pueden exigir la aportación de capital por parte de los dueños o hasta la ejecución de las garantías. Esta ratio está marcada en 4,5 veces.

Ante esta coyuntura, Parques Reunidos ha contratado los servicios de Houlihan Lokey, un banco de inversión especialista en asesorar empresas en situaciones difíciles. De hecho, el banco ha participado en los procesos de refinanciación de compañías como Abengoa, Codere, Cortefiel, DIA y Prisa, o más recientemente se ha involucrado en los casos de Pronovias y Naviera Armas. Houlihan Lokey ha recibido el mandato para buscar liquidez en el caso de que se cumplan los peores augurios y la compañía siga con la mayoría de sus atracciones cerradas.

Con motivo de la opa y el posterior cambio de dueño de la sociedad, en septiembre de 2009, los March y EQT renovaron la deuda de 960 millones, con dos tramos de 660 millones en euros y un tercero en dólares de 300 millones, con un vencimiento en siete años. Además, firmaron una nueva línea de crédito ‘revolving’ multidivisa por 200 millones en condiciones similares a la anterior financiación, con un vencimiento en seis años y medio. La compañía acordó pagar por este dinero —1.160 millones en total—un precio 400 puntos básicos sobre el euríbor y el Libor para el préstamo y de 350 puntos básicos para la nueva línea de crédito ‘revolving’.

En las primeras conversaciones con la banca, tanto los March como EQT han mostrado su compromiso de sostener la viabilidad de Parques Reunidos. Por ello, además de pedir a los acreedores que lo eximan de cumplir con la ratio de deuda sobre el ebitda durante 2020, han asegurado su disponibilidad para ampliar capital si el cierre de los parques se extiende en el tiempo y la compañía necesita más fondos propios para sobrevivir.

El duro caso de Walt Disney

De momento, estas actividades de ocio no aparecen específicamente en el plan de desescalada anunciado por Pedro Sánchez, aunque fuentes financieras dan por hecho que entrarán en funcionamiento en la última fase o fase tres. Pero se desconoce cómo podrán operar, ya que se trata de un negocio de volumen en el que se producen aglomeraciones de personas en las distintas atracciones, muchas de las cuales están compuestas de asientos múltiples en que los clientes están pegados unos con otros.

Parques Reunidos es el segundo operador de parques de ocio en Europa y el octavo mayor en el mundo, con cerca de 20 millones de clientes al año. Su origen se remonta a 1967, sobre la base del Parque de Atracciones de Casa de Campo de Madrid. La empresa creció, salió a bolsa, fue excluida posteriormente y volvió a cotizar más tarde, siempre de la mano de varios fondos de capital riesgo. Los últimos años ya estuvieron marcados por la crisis en el equipo gestor, cambios de consejeros delegados y planes fallidos por expandir su negocio, por el que tuvo que pagar penalizaciones de más de 40 millones de euros.

Walt Disney, el mayor grupo de ocio del mundo, ha pedido 5.000 millones de dólares a la banca para asegurar la continuidad de sus operaciones, después de despedir a los 100.000 empleados de sus parques de atracciones y sus hoteles, lo que ha provocado una gran protesta social en Estados Unidos.

Fuente: elconfidencial.com