El gobierno de Macao acaba de renovar las licencias de los seis principales casinos de la ciudad. El séptimo candidato sorpresa, un grupo hotelero de Malasia, no recibió su autorización.
Las licencias ahora están limitadas a diez años, y no a veinte como antes. La antigua colonia portuguesa es el único territorio de China donde se permiten los juegos de azar. Un sector hasta ahora muy floreciente, pero hoy azotado por la pandemia y las draconianas restricciones sanitarias impuestas por Pekín.
Antes de Covid, con un ingreso anual de alrededor de $ 28 mil millones, la industria del juego de Macao generaba tres veces más dinero que la de Las Vegas, EE. UU. Pero la pandemia ha estado ahí, provocando que el flujo de visitantes disminuya. Como resultado, los ingresos de los casinos se han desplomado un 88 % en comparación con 2019.
Incluso si China permite que sus ciudadanos viajen allí nuevamente, las salas de juego de Macao tendrán dificultades para volver a los niveles normales de actividad, advierten los expertos.
Sin embargo, la economía local sigue siendo muy dependiente de la industria del juego y el dinero generado por una treintena de casinos representa la principal fuente de ingresos fiscales del gobierno. De ella depende más de la mitad del producto interior bruto de la ciudad y allí trabaja una quinta parte de la población.
Las autoridades buscan diversificar la economía invirtiendo en turismo y actividades de ocio distintas al juego, un objetivo que se ha vuelto aún más apremiante con la estrategia “cero Covid” impuesta por Pekín.
