El juego en España forma parte de una oferta de ocio normalizada en la sociedad e integrada en los hábitos de los 29 millones de personas que jugaron a alguno o varios juegos durante 2018 (en torno al 85%). De esta manera, el 92% de los clientes que juegan o apuestan entiende que el coste del juego equivale al de una entrada en un espectáculo.

Así lo recoge la publicación académica “Juego y Sociedad” de CEJUEGO (Consejo Empresarial del Juego), dirigida por el profesor de Sociología y miembro del Instituto de Política y Gobernanza de la Universidad Carlos III de Madrid, José Antonio Gómez Yáñez, y por el abogado y miembro del Consejo de Estudios de Políticas y Legislación del Juego, Carlos Lalanda Fernández.

En palabras del profesor José Antonio Gómez Yáñez “con la publicación de ‘Juego y Sociedad’ queremos ofrecer a la comunidad académica y científica, administraciones, clientes de la industria, medios de comunicación y opinión pública una información actualizada sobre los hábitos y actitudes hacia el juego”.

Por su parte Alejandro Landaluce, Director General de CEJUEGO ha destacado que “el sector está comprometido con ofrecer un entretenimiento complementario a otras ofertas de ocio clave en una economía, siempre ejercido desde la responsabilidad y del máximo respecto a la regulación y a las leyes existentes”.

De acuerdo con este informe, que revela los hábitos y actitudes de los españoles a través de datos estadísticos y del análisis de sus autores, en España hay una oferta de 27 juegos o familias de juegos, loterías o apuestas, cada uno con su público y su dinámica. Durante 2018 jugaron en España tanto en el juego público como en el privado el 84,8% de la población entre 18 y 75 años, es decir, 29 millones de personas, una cifra que se redujo durante la crisis entre 2013 y 2015 hasta el 80%. De este porcentaje, los españoles jugaron en su mayor parte a los denominados “juegos de ilusión” gestionados por SELAE y la ONCE, como son la Lotería de Navidad, El Niño o la Primitiva.

De esta forma, 25,5 millones jugaron a la Lotería de Navidad en 2018; 16 millones a la Lotería de El Niño en 2019; 14 millones a alguna Lotería Primitiva; 9 millones a los cupones de la ONCE; 3,8 millones a los sorteos semanales de lotería; y alrededor de 3 millones a las loterías instantáneas y juegos activos de la ONCE. Los autores del estudio reflejan el importante crecimiento de las loterías instantáneas respecto a años anteriores, principalmente entre los jóvenes.

Respecto a los juegos gestionados por el sector privado, el análisis concluye que atrajeron a públicos más restringidos y de diferentes generaciones, destacando que sus clientes se dividen en aquellos que acuden por curiosidad y aquellos que asisten por afición y porque les ofrecen espacios para quedar con amigos y conocidos.

Así, el 19,4% de la población acudió en alguna ocasión durante 2018 a un casino, bingo, salón de juego, apostó o jugó en una máquina de hostelería, lo que equivale a cerca de 6,6 millones de personas. En concreto, durante 2018, participaron en juegos en casinos 2 millones de personas; en bingos, 3 millones; en salones de juego, 3 millones; en apuestas, 1,5 millones, sobre todo aficionados al fútbol; y jugaron en alguna máquina en bares 1,8 millones, una cifra en ligero descenso.

En cuanto al juego online, casi 1,5 millones de personas jugaron al menos una vez por Internet durante 2018 y un 0,9% juega de manera estable por Internet. Este colectivo muestra pautas de comportamiento dispersas, desde quienes juegan establemente hasta quienes lo hacen por curiosidad o quienes apuestan a un partido suelto. El comportamiento de estos usuarios indicia que sus aficionados han aprendido cómo jugar online y racionalizan su uso (sesiones más cortas, gasto mensual moderado o descensos en la práctica de algunos juegos).

Se juega por…

Respecto a por qué se juega, los motivos más señalados son por “ilusión por el premio”, como puede ser el caso de las loterías y cupones de la ONCE; para “reunirse con amigos y conocidos” para lo que acuden a bingos, casinos o salones de juego; para “demostrar conocimiento” sobre algo (por ejemplo un deporte), como el caso de las apuestas; para “competir con la banca y con otros clientes”, como el póquer de casinos; o por “envidia preventiva”, como puede ser la Lotería de Navidad.

Además de la radiografía del sector, el libro revela datos relativos al juego problemático. La tasa de juego problemático en España esta situada en el 0,3% y no ha aumentado en los últimos años. Se introduce por primera vez el número de casos diagnósticos y en tratamiento por adicción al juego, que según los datos del ministerio de Sanidad fueron de 7.000 casos en 2018 (el equivalente al 0,02% de la población entre 18 y 75 años). España sigue siendo uno de los cinco países del mundo con menor tasa de juego problemático, junto a Francia, Alemania, Suecia y Noruega.

De esta manera el informe concluye que datos tan reducidos impiden hablar de sectores sociales en los que este problema sea extendido.